El informe de la Policía Nacional que relata la intervención de los agentes en el incendio en la residencia de Aravaca (Madrid) donde murieron tres ancianas es contundente y desgarrador. Los funcionarios de la Comisaría de Moncloa-Aravaca pusieron en riesgo sus vidas y lograron rescatar de su interior a 37 personas. Tuvieron que ir reptando por el suelo agarrados de la mano ante el humo que dificultaba su visión. También certificaron numerosas irregularidades en el centro como que la instalación eléctrica estaba "unida", lo que anuló el sistema contra los incendios, las puertas de salidas bloqueadas o no funcionaba la manguera de agua, según el atestado al que ha tenido acceso Vozpópuli.
El incendio en la residencia Juan XXIII, situada en el distrito Moncloa-Aravaca (Madrid), se saldó con la muerte de tres ancianas. En un primer momento se habló del cargador de un teléfono móvil pero una de las trabajadoras mencionó a los agentes que la habitación donde comenzaron las llamas había conectado un radio cassette. Las investigaciones aún tratan de dilucidar este extremo pero no se descarta que se haya producido un "fallo en la toma de corriente", o lo que es lo mismo de un enchufe.
"Imposible caminar con visibilidad"
El atestado de la Policía Nacional, al que ha tenido acceso Vozpópuli, detalla paso a paso lo que vivieron los agentes tras ser comisionados por el 091 en la residencia el pasado 18 de febrero a las 6:45 horas. Fueron los primeros en llegar y no dudaron en acceder al interior al ver la gran cantidad de humo y escuchar como varias personas pedían auxilio a gritos.
Una de las trabajadores les dijo que tenían que entrar por las escaleras de la planta trasera de la residencia. Se encontraron en el ascenso a dos ancianos tirados en el suelo. Les agarraron de las extremidades superiores para así poder cargar con ellos escalera abajo para evacuarles. Los internos fueron depositados a salvo en la terraza anexa.
Los policías seguían escuchando llantos, gritos y voces de auxilio en las plantas superiores. Por ello, decidieron volver a entrar a pesar de la gran cantidad de humo, "siendo prácticamente imposible caminar con visibilidad". En la primer habitación que inspeccionaron había dos usuarios de avanzada edad en la cama. También les cargaron a los hombros y les bajaron a la terraza.
El angustioso rescate entre humo y fuego
De vuelta a las plantas superiores realizaron una "batida exhaustiva". En ese momento, la visibilidad ya era "completamente nula". "Los actuantes se ven obligados a cogerse de la mano y reptar por el suelo para así poder avanzar por las diferentes estancias y tener una referencia de la salida", redactaron. De esta forma consiguieron evacuar a pulso a otros dos usuarios.
Varios de los agentes intentaron acceder y accionar la manguera BIE de incendios que se encontraba en el pasillo de la primera planta con el objetivo de sofocar las llamas de la habitación número 8. "Una vez accionada dicha manguera dejó de funcionar a los pocos segundos, intentando activarla de nuevo, pudiendo observar dichos actuantes como el indicador de presión se encontraba a 0 bares, por lo que la manguera se encuentra inutilizada", añadieron.
Después, intentaron sofocar las llamas con extintores propios de dotación pero fue imposible desde la zona interior. Observaron que desde la terraza había un acceso directo a la habitación 8 por un ventanal y forzaron el cierre para acceder. Cuando entraron vieron como en la cama próxima a la ventana se encontraban dos personas que no respondían a los estímulos. Esas personas, que compartían la misma cama en esos momentos, fueron sacadas por la ventana por los agentes mediante el uso de la fuerza, tirando de las piernas.
Los policías realizaron maniobras de RCP a ambas y una de ellas consiguió recuperar las constantes vitales a pesar de la "respiración agónica" que presentaba. Los trabajos continuaron hasta la llegada del indicativo sanitario.
Los policías salvaron la vida a 37 ancianos
Con ello, los funcionarios volvieron a subir a las plantas superiores donde localizaron a dos mujeres ancianas con graves problemas respiratorios. Procedieron a sacarlas de los brazos al exterior para que fueran atendidas. En el atestado sale reflejado que la mayoría de las personas evacuadas son de avanzada edad y tienen la movilidad muy limitada por lo que los intervinientes tienen que hacer un esfuerzo mayúsculo para poder sacar al exterior a estas personas en sus brazos y descenderlos por las escaleras. De esta forma, los agentes consiguieron salvar la vida de 37 personas.
En el lugar de los hechos se entrevistaron con varias de las trabajadoras. Una de ellas fue la que apreció "como salía una gran cantidad de humo de la habitación número 8". Indicó a los agentes "como una posible causa del incendio es un radio-casette la cual tenía enchufada una residente de la habitación 8", que fue una de las fallecidas en el incendio de la residencia.
También se personó en el lugar la directora de la residencia que se encontraba en un "estado de nerviosismo" y no pudo aportar datos relevantes: solo los datos de residentes y trabajadores. En la parte final del atestado, los agentes citan las irregularidades que localizaron en el interior del complejo.
Las irregularidades de la residencia
"Las salidas de emergencia de la residencia se encuentran bloqueadas e inutilizadas, hecho que ha entorpecido gravemente en la evacuación de las víctimas", lamentan. También afirman que la "instalación eléctrica de la residencia se encuentra 'unida', no estando independiente, problema por el cual saltó la luz de la residencia, quedando el mismo sin energía y anulando el sistema contra incendios del mismo".
Este atestado forma parte de las investigaciones que realiza el Juzgado de Instrucción número 19 de Madrid. No hay indicios de criminalidad sobre las causas del incendio. La Policía Científica sigue practicando las diligencias sobre el origen del suceso mortal en la residencia y el magistrado tendrá que analizar las mismas y trasladarlas al organismo competente de esta inspección que es la Comunidad de Madrid.
