Madrid

Carmena siembra de carriles bici las principales calles de Madrid con el enfado de miles de conductores

La reducción del espacio para los coches en los bulevares o en la calle Toledo, por ejemplo, provoca atascos y multiplica el tiempo que se tarda en atravesar esas vías

  • Carmena siembra de carriles bici las principales calles de Madrid con el enfado de miles de conductores

El Día Europeo sin Coches los diputados de Podemos en la Asamblea de Madrid llegaron al trabajo en bici. Lo mismo hicieron algunos compañeros del Ayuntamiento. ¿La alcaldesa? En coche. Claro que Manuela Carmena luego pidió perdón por no haber dado ejemplo.

El paseo en bici era una de las medidas de ese día para potenciar el uso de la bicicleta, un medio que cada vez tiene más uso en Madrid, pero que nunca será masivo por la orografía de la ciudad y por la falta de una cultura como la de otros países de Europa.

Desde hace unos años todos los ayuntamientos del mundo han emprendido una batalla contra el transporte privado y en favor de las bicis. No les falta razón. Se ha confirmado que los gases de los automóviles matan y las corporaciones locales quieren velar por la vida de los suyos.

El transporte público tiene aquí un papel fundamental para facilitar la movilidad. Madrid es una ciudad privilegiada. Tiene una buena red de Metro y una EMT que deberá mejorar tras el paso de Ana Botella, que destrozó su prestigio.

Carmena no ha sabido recuperar el nivel que tenía la compañía antes de la crisis. En el Ayuntamiento dicen que no pueden hacer más porque el Consorcio de Transportes, órgano coordinador del transporte público, no les deja crecer a más velocidad.

A pesar de las deficiencias de la EMT, Madrid puede presumir de tener una de las redes de transporte público más potentes de Europa.

Hay miles de personas que son esclavos del vehículo privado. Son personas que viven en las afueras o en barrios con malas comunicaciones y que precisan el coche para su vida diaria

Pero hay miles de personas, miles, que son esclavos del vehículo privado. Son personas que viven en las afueras o en barrios con malas comunicaciones y que precisan el coche para su vida diaria.

Para estos ciudadanos atravesar Madrid se ha convertido en una tortura. Y no porque el tráfico esté mal, que ya lo estaba mucho. El equipo de Ahora Madrid ha sembrado el centro de la ciudad de carriles bici, la mayor parte de ellos fantasmas, que dificultan la circulación

El plan de crear carriles no es de Carmena. Lo empezó Álvarez del Manzano, que comenzó el anillo ciclista, y lo continuó Alberto Ruiz-Gallardón con el Plan Director de Movilidad Ciclista 2008. Ana Botella trajo el actual sistema de alquiler biciMad.

El actual equipo de Ahora Madrid aspira a llegar al año 2018 con 75 nuevos itinerarios ciclistas, lo que encanta a los colectivos ciclistas y cabrea a miles de automovilistas.

El Ayuntamiento está trabajando en la mayor parte de los tramos pintando un carril reservado para los ciclistas sobre las calzadas, casi nunca con el suficiente ancho. Es decir, se roba una parte del escaso espacio al coche.

En algunos lugares la situación ha logrado enfadar a miles de personas a las que no se ha consultado. Se hace algo en favor del ciudadano, pero no se le consulta.

Los comerciantes de la parte alta de la calle Alcalá se enfadan por las dificultades que se ponen a los clientes para circular. En los bulevares, las calles Alberto Aguilera y Sagasta, la circulación se ha vuelto imposible.

En la bajada desde la Puerta de Toledo a la Glorieta de Pirámides un coche tardaba tres minutos. Hoy, por gracia de los semáforos y el carril bici que casi nadie usa, se tarda 15 minutos.

Peor es de subida. Si hay un coche aparcado en segunda fila el tiempo supera los 15 minutos, mientras el automovilista ve con desesperación vacío el carril bici.

Quizá este tramo sea el que más protestas ha logrado. Incluso los favorables han acusado al Ayuntamiento de actuar unilateralmente.

"Chapuza" en la calle Toledo

El colectivo Madrid Ciclista envió una carta al Defensor del Pueblo para hacerle llegar la "chapuza" del carril bici que se ha establecido en la calle Toledo, ya que es "contrario a la normativa municipal". Madrid Ciclista explicó que las líneas pintadas para delimitar el carril bici entre Pirámides y la Puerta de Toledo se han establecido a la izquierda de ambos sentidos "y han de estar a la derecha" para evitar accidentes.

Al Ayuntamiento le da igual. Las líneas siguen en el mismo sitio. Casi nadie utiliza esa vía por lo duro de la cuesta y su peligrosidad.

Los partidos están de acuerdo en que la bici debe tener más protagonismo, pero no apoyan la política del equipo de Carmena.

Begoña Villacís (Ciudadanos) cree que Carmena ha iniciado una lucha a muerte contras el coche privado y que el carril bici no es más que una disculpa más. En la conferencia que pronunció en el Casino de Madrid esta semana criticó la falta de diálogo para establecer estas normas que afectan a todos los ciudadanos.

Inmaculada Sanz (PP) se queja de los atascos que provocan los nuevos carriles de los bulevares “que no están funcionando”. También apoyan la bici, pero denuncia que los espacios que está instalando Carmena están infrautilizados, están sucios y son peligrosos, como lo demuestran el número de accidentes que se producen cada día.

Está claro que la bici va a asumir más participación en el tráfico. Pero también que eso no se logra sembrando carriles sin unidad, sin consultar, y sin dar al ciclista más seguridad en una ciudad con unas cuestas que hacen difícil el triunfo de las dos ruedas.

Pero quizá una de las mejores opiniones sobre esta falta de unidad la podamos sacar de uno de los foros ciclistas favorables a los carriles:

“Veo que cada vez estamos generando más dispersión de propuestas y diseños. Antes había una ordenanza bastante clara (circula por el centro del carril, no te metas en el carril bus...) y un único tipo de ‘infraestructura’ (Ciclocarril 30). Con el tiempo, la mayoría de ciclistas la hemos asumido y creo que ha demostrado que funciona bastante bien.

Ahora tenemos una solución a la carta para calle. Y, por buena que sea, se acaba convirtiendo en una trampa. Cada 500 metros, un diseño distinto. Aquí carril bus; aquí Advisory; luego CC30; en la glorieta, nada... Lo estamos complicando todo. Lo estamos estropeando todo”.

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