La Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid ha ordenado la recogida de la ropa vieja que los agentes municipales utilizaron hasta el cambio de uniforme que se produjo hace algunos meses.
Los cerca de 6.000 agentes fueron recibiendo sus prendas de forma escalonada, pero no tiraron la suya para evitar que pudiera ser utilizada por personas ajenas al cuerpo, incluso por comandos terroristas.
De forma paralela, no se fueron recogiendo los uniformes antiguos. CCOO consideró después de que se hubiera repartido toda la ropa "que el actual nivel de alerta antiterrorista requería el máximo celo y no tirar a la basura miles de pantalones, camisas y chaquetas, con escudos incluidos, que podrían ser utilizadas por elementos terroristas". “Es necesario -señalaban- el máximo celo en evitar cualquier suplantación de identidad de miembros de las fuerzas de seguridad, por lo que pedimos la máxima colaboración de la plantilla”.
Tras esta petición, y con notable retraso, el Ayuntamiento ha pasado una nota a todas las unidades en la que señala que, "una vez concluida la primera fase del reparto de la nueva uniformidad, se están realizando gestiones tendentes a la autorización para la destrucción de las antiguas prensas".
La Unidad de Logística ha pasado a las unidades y servicios una relación de las fechas en las que tienen que entregar las bolsas con los polos de marga larga, corta, cazadoras, chubasqueros y gorras. Los pantalones no se incluyen en el material que se debe devolver, ya que carece de escudos o elementos identificativos de las fuerzas de seguridad.
Todo el material se trasladará en camiones a Valdemingómez, donde se procederá a su destrucción para evitar que pueda ser utilizado de forma irregular.