El Juzgado de Instrucción Número 3 de Pozuelo de Alarcón admitió a trámite a finales de mes de octubre la demanda civil interpuesta por los padres de Mónica, una joven menor de edad que fue diagnosticada con anorexia nerviosa derivado del acoso escolar que sufría, contra Colegio British de Pozuelo de Alarcón y cuatro profesores del centro. La familia reclama al centro 35.000 por los daños psicológicos sufridos por su hija, a su juicio, como consecuencia de la "inacción" del centro y de la supuesta acción de sus profesoras que le provocaron un "grave" trastorno a su salud mental y física.
Tras no poder seguir adelante por la vía penal, la familia de joven recurre a la vía civil para exigir responsabilidades al centro por el bullying que presuntamente sufrió su hija en el centro privado. Ante este nuevo frente judicial la delegación española del reconocido centro británico se arma con un equipo legal de un total de 10 letrados que actúan en representación de la firma privada y las cuatro profesoras codemandadas.
Un potente equipo de abogados para defenderse de una acusación de bullying contra el centro y varias de sus empleadas. El caso que ahora llega al Juzgado de Instrucción Número 3 de Pozuelo se remonta años atrás, cuando Mónica tan sólo tenía 13 años. En 2022, Mónica fue testigo de cómo una de sus compañeras de clase tuvo que abandonar el colegio y marcharse a otro país a mitad de curso, después de que sus padres denunciasen que la joven estaba siendo víctima de comentarios e insultos sobre sus rasgos de origen extranjero.
Ante la marcha de su compañera, la adolescente quiso transmitir su preocupación a su tutora, lo que parece que no causó mucho efecto. Según denuncian sus progenitores, y aparece recogido en la demanda a la que ha tenido acceso Vozpópuli, su relación con sus profesoras se transformó presuntamente en un escenario de continuos reproches y "situaciones de aislamiento" que le provocaron un trastorno de anorexia nerviosa por el que tuvo que ser hospitalizada.
Informes médicos de la menor
Según los informes emitidos por la Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria del Hospital QuirónSalud de Pozuelo de Alarcón, que aparecen recogidos en la demanda, la menor había perdido hasta 9 kilos en tres meses y fue diagnosticada de anorexia nerviosa o trastorno de la conducta alimentaria TCA. Asimismo, según un informe pericial elaborado por el psicólogo forense José Cabrera -este último a petición de los demandantes- el relato de la menor "goza de un alto grado de verosimilitud" y que, por tanto "es creíble". "La menor peritada ha sufrido un acoso vertical por parte de algunos de sus profesores en el British Council School. Dicho acoso ha provocado una situación de estrés agudo que ha desembocado en un trastorno de anorexia nerviosa", concluye el informe.
Desde el año 2022, la familia ha intentado exigir responsabilidades al centro por los daños sufridos por su hija que, según su versión, fueron provocados por la "inacción" del colegio y la actitud de sus profesoras. No obstante, parece que la historia de Mónica no es un caso aislado. Según ha podido conocer este medio, varias familias han denunciado los protocolos del centro ante casos de acoso escolar supuestamente acontecidos entre sus muros. La nota compartida por varias familias y algunos exalumnos es que en el centro existía una especie de "élite" de estudiantes, hijos de famosos o grandes empresarios, que disfrutaban de cierta "impunidad" para poder acosar a sus compañeros de clase.
Desde el Colegio British de Pozuelo de Alarcón defienden que el bienestar y la protección de nuestros estudiantes son y siempre han sido" prioridad del centro: "Son principios irrenunciables para el Colegio Británico y consecuencia de ello nuestra política hacia el acoso escolar es de tolerancia cero. Cualquier posible caso, aunque no sea calificable como acoso escolar, pero sí sea susceptible de afectar a la estabilidad personal y emocional de cualquiera de nuestros alumnos, siempre es investigado siguiendo nuestros procedimientos internos, de forma extremadamente cuidadosa y preservando ante todo la intimidad del menor. Es el deber del colegio velar por la integridad de todos sus estudiantes y su objetivo es siempre mantener la convivencia en el centro, respetando la privacidad de los miembros de la comunidad, sobre todo de los menores. El colegio está y siempre ha estado en constante comunicación y sintonía con la inspección educativa y con la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid".