Madrid abre este lunes al público la remodelada Plaza de España, tras dos años y medio de obras que la han convertido en un espacio más verde y peatonal, conectado con el entorno del Palacio Real, Madrid Río, la Casa de Campo y el parque del Oeste.
La inauguración de la plaza, de 70.000 metros cuadrados, pondrá fin a un proyecto que ha abarcado siete años y tres alcaldías: los orígenes se remontan al mandato de Ana Botella; la iniciativa cogió impulso con Manuela Carmena y será finalmente el actual regidor, José Luis Martínez-Almeida, quien cortará la cinta inaugural. La revitalización de la plaza comenzó a gestarse en 2014, con la venta por parte del Banco Santander al grupo chino Wanda del Edificio España, emblema arquitectónico de centro de la capital, que iba a ser derribado.
Con la llegada de Carmena a la alcaldía el proyecto ideado por Botella cambió por completo. Se organizó un proceso participativo de ideas sobre la reforma, que se sometió a votación entre los madrileños y dio como resultado ganador el proyecto 'Welcome mother nature, good bye Mr. Ford'.
Conexión con los parques
El monumento a Miguel de Cervantes sigue presidiendo el enclave, de la que prácticamente han desaparecido las barreras arquitectónicas. La remodelación de esta céntrica plaza, situada a un kilómetro de la Puerta del Sol, ha permitido la creación de una plataforma peatonal que conecta con los parques más emblemáticos de la ciudad: los Jardines de Sabatini, el Campo del Moro, Madrid Río, la Casa de Campo y el parque del Oeste.
Así fue la construcción
Las obras se iniciaron en mayo de 2019 con un plazo de ejecución de 21 meses, que finalmente ha sido de 30 debido a los retrasos provocados por la pandemia del coronavirus, la borrasca Filomena y el hallazgo de vestigios arqueológicos del siglo XVIII en la calle Bailén. La remodelación ha costado a las arcas públicas más de 70 millones de euros.
En el siguiente vídeo, se puede ver la evolución de la construcción de la plaza desde el inicio.