"Nunca me han condenado por robar". El Niño Juan se mostró así de tajante con los agentes del Grupo 21 de la Policía Nacional en una de sus múltiples detenciones. Muchos aún se preguntan como un delincuente de Orcasitas pudo ser contratado por la mafia china para asaltar un castillo en Francia. Su trayectoria ha dado lugar a una serie en Netflix. Los investigadores que llevan tiempo tras esta 'figura' del crimen sospechan que tiene ocultos millones de euros que ha enterrado en distintas localizaciones, según aseguran a Vozpópuli fuentes policiales.
La cifra que ha ganado con sus robos Juan María Gordillo Plaza solo la conoce él. Si bien es cierto que sus beneficios ocultos han podido ascender a los 30 millones de euros, según estas mismas fuentes. Desde Orcasitas saltó al panorama internacional del crimen con la planificación del asalto al castillo de Fontainebleau. Una mafia china le contrató para recuperar obras de arte orientales. El asalto fue frustrado por la Policía Nacional pero se llevó parte del dinero adelantado.
Estuvo tres años en prisión provisional en Francia pero en febrero de 2022 volvió a las calles españolas. Después de pasar un tiempo 'observando' cómo estaban las calles decidió un silencio premeditado esperando que llegara su momento.
Ese momento llegó meses después en octubre de 2022. Reunió un 'dream team' de aluniceros para cometer otro robo de película, en este caso más propio de la saga de 'A todo gas'. Escogió entre su grupo cercano a delincuentes como el "Tato", el hermano de la conocida como "reina del alunizaje" que fue novia de El Piojo y a su hermanastro Rubén Rincón Gómez, apodado 'El Nano'.
"Nunca me han condenado"
El escenario estaba claro desde el principio: la sede central de Zeleris, la empresa de logística, almacén y transportes de Telefónica, en Torrejón de Ardoz. Para ello usaron cinco coches robados de alta gama y gran cilindrara. Se llevaron más de tres millones de euros en teléfonos de alta gama de los diferentes modelos de iPhone.
Cuando conocieron los detalles del robo, los agentes del Grupo 21 tenían claro que detrás del mismo había una figura importante. Un 'dream team' de aluniceros eran los únicos capaces de 'colocar' esta gran cantidad de teléfonos en el mercado. Entre ellos estaba el Niño Juan.
Es un presunto delincuente 'calculador' y frio. Sabe al milímetro los límites de la ley. "Nunca me han condenado por robar", llegó a decir a los policías que le detuvieron en uno de sus últimos arrestos. Una afirmación que es totalmente cierta. En España solo ha estado cuatro meses en prisión provisional. Todos los juicios contra él están a la espera de celebrarse.
"Voy al juzgado y no va a pasar nada"
Un programa de televisión realizó un monográfico sobre su persona. Desde su casa en El Berrueco hasta los métodos que utilizaba para burlar los sistemas de seguridad. Supuestamente pagaba más de 100.000 euros a empleados que le facilitaban las entradas a los recintos. "Me denuncias voy al juzgado y no va a pasar nada", llegó a decir a los periodistas en una conversación telefónica.
En el caso actual, los investigadores tuvieron que emplearse a fondo para identificar a los aluniceros que cometieron el robo de los iPhone. Vigilancias, escuchas y análisis de datos. Así dieron de nuevo con el Niño Juan. Estuvieron semanas tras su pista.
Su detención también fue peculiar. Los agentes del Grupo 21 reunieron todas las pruebas y pasó a disposición judicial. Una vez más, la justicia le dejó en libertad el pasado sábado a la espera de juicio, a pesar de tener 36 antecedentes de la Policía Nacional y 20 de la Guardia Civil.
Otro incidente tras quedar en libertad
Todo ello a pocos días de su cumpleaños. Juan María nació el 4 de julio de 1.986. Nació y se crió en el barrio de Orcasitas. Su apodo responde a su cara de niño y a su baja estatura: apenas mide 1,65 metros.
En la actualidad cuenta con más de medio centenar de antecedentes. Su cara más peculiar la ofrece en los juzgados: dice ser un electricista que trabaja de autónomo.
En estos casos, los aluniceros mantienen un perfil bajo durante meses tras quedar en libertad. Sin embargo, el Niño Juan no se ciñe a estos detalles. Tan solo 48 horas después de pasar a disposición judicial se saltó un control de la Policía. Después de una persecución con los agentes dejó su coche abandonado tras colisionar en una valla. No fue detenido en esta ocasión.
