Los ciudadanos que viven en el centro de Madrid han visto en los últimos días algo nada habitual: agentes de la policía municipal patrullando a pie. Estos grupos, denominados faro en términos policiales, pasean especialmente por las zonas más comerciales de la ciudad.
Los primeros rumores apuntaban a que la medida se debía a la falta de vehículos después de que el Ayuntamiento anunciara el pasado septiembre que renunciaba al contrato de renting firmado por la anterior corporación por un coste de 28 millones de euros.
Sin embargo, el Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena señala que no tiene nada que ver con la devolución de los coches de hace algunas semanas. La medida, dicen, forma parte de la nueva política municipal de que los agentes estén más en contacto con el distrito en el que prestan sus servicios. “A ninguna unidad le faltan vehículos”, apuntan fuentes de la Corporación, que añaden que se ha distribuido la flota para que a nadie le falten coches o motos.
La flota actual es de 919 vehículos, los gestores municipales consideran que es suficienten, pero algunos sindicatos señalan ausencias
Pese a ello, en septiembre se devolvieron 132 coches Renault y hasta el 15 de diciembre no llegarán los 110 nuevos que se comprarán directamente con un sistema centralizado estatal que reduce el precio de venta.
La flota actual es de 919 vehículos, que es considerada como suficiente por los gestores municipales. Pero la realidad, según señalan algunos sindicatos, es que en algunas unidades faltan coches, lo que está obligando a patrullar más en moto “y a pie”, señalan otras fuentes. El equipo del concejal José Javier Barbero consideró que el contrato de renting “no estaba ajustado a las necesidades reales de este servicio ni se adecuaba a las necesidades reales de los recursos públicos”.
La concejalía de Seguridad aseguró en septiembre que “un estudio pormenorizado de reubicación de vehículos garantiza que las necesidades de vehículos de policía quedan cubiertas en todos los distritos y todos los turnos” por lo que “el servicio habitual está asegurado”.
Protestas por el tráfico
Por otra parte, UGT ha contestado el envío de la Policía Municipal a regular el tráfico, la primera medida que ha puesto en marcha Manuela Carmena, tras el atasco sufrido en Madrid el pasado día 5 de octubre. El sindicato cree que la alcaldesa “ha respondido torpemente a la presión mediática, despachando el asunto con una orden, ineficaz de raíz, que pretende movilizar al grueso de los patrullas en los distritos para prestar labores de regulación del tráfico”.
UGT cree que la orden hace realidad el sentido de la frase “desvestir a un santo para vestir a otro”. Afirman que la plantilla policial está lastrada por la carencia de personal y de vehículos tras la reciente decisión de la Corporación de anular el renting. Consideran que para dar respuesta a un mayor control se necesita ya una oferta de empleo público que palie el déficit de plantilla de los colectivos de Policía y Movilidad “sin recurrir a medidas de improvisación como la actualmente dictada”.
También piden la integración de los agentes de movilidad dentro del cuerpo de Policía Municipal, “lo que redundará en la máxima agilidad en la regulación del tráfico”.