Ciudadanos puede amargarle la noche electoral a Alberto Núñez Feijóo y a Mariano Rajoy este domingo. Las encuestas anuncian una mayoría absoluta para el candidato del Partido Popular, algo por encima de los requeridos 38 escaños. El único elemento fuera de control es el voto de Ciudadanos, que, según los sondeos, oscila entre 0-2 diputados. Si el partido naranja logar entrar en el parlamento gallego, sería a costa mayoritariamente del votante del PP o de un abstencionista sin color definido.
El equipo que dirige la campaña de Feijóo insiste en que nada está ganado, en que nadie puede quedarse en su casa, en que para defender lo hasta ahora conseguido es necesario acudir a las urnas. Cien mil votos pueden resultar definitivos para que Feijóo no alcance su propósito de repetir, por tercera vez, la mayoría absoluta necesaria para gobernar sin pactos ni coaliciones. En las elecciones generales del 26-J, Albert Rivera logró más de 135.000 respaldos en la comunidad gallega. Si mantiene el 80 por ciento de estos respaldos, puede darle un susto al PP.
El triunfo inapelable de Feijóo, con mayoría absoluta incluida, resulta fundamental para los planes de Rajoy de cara a un intento de sacar adelante su empeño en ser investido presidente y, de este modo, escapar de unas terceras elecciones. El presidente en funciones considera que un batacazo de los socialistas en el País Vasco y un éxito inapelable de Feijóo en Galicia pueden ser dos elementos desestabilizadores para la postura del ‘no y no’ de Pedro Sánchez. De ahí que el catalejo de Génova esté orientado desde hace días sobre estas dos comunidades.
El desembarco naranja
Rivera ha desembarcado estos días en la campaña gallega para reforzar las opciones de su candidata, Cristina Losada, nueva en esta plaza, que ha desarrollado una actividad muy intensa, no exenta de algunos errores de principiante, como el fiasco del autobús electoral, y otros despistes menores. Pontevedra y Coruña, especialmente esta última provincia, pueden tener la clave del futuro de Ciudadanos y, por ende, del propio Feijóo. Algunas estimaciones aseguran que si el partido de Rivera, que tiene buenas perspectivas en ambas plazas, roza esos cien mil, haría un roto considerable en las expectativas del actual presidente de la Xunta.
El líder naranja se ha ofrecido a apoyar al PP para alcanzar el gobierno de Galicia, al estilo de lo que ya hizo con Cristina Cifuentes en Madrid, también estos días de campaña por las provincias gallegas. Incluso no ha puesto demasiados problemas a la posibilidad de integrar un gobierno de coalición, algo que hasta ahora siempre le ha negado a Rajoy, con quien tan sólo accedió a sellar un pacto de investidura.
El candidato del PP rechaza mendigar apoyos de C´s para mantenerse en el poder
Feijóo ha rechazo frontalmente la posibilidad de ‘un gobierno a la madrileña’, nada de tener que mendigar apoyos o escaños a Ciudadanos para mantenerse en el poder. Lo ha hecho en tono amable y mesurado, al estilo de toda su campaña, alejada de la crispación y las tensiones que se suceden en Madrid. Tanto, que apenas se han visto ministros del Gobierno central por la zona. Tan sólo la vicepresidenta Sáenz de Santamaría se ha dejado caer en Galicia, pero no ha comparecido junto al candidato.
El pulso entre el PP y Ciudadanos, con episodios muy ríspidos como un agresivo video electoral en el País Vasco, no ha dañado las excelentes relaciones que se dispensan ambas formaciones a nivel nacional. Rivera no ha renegado de sus acuerdos con el PP, aunque insiste en plantearlos como un punto de partida para una posible coalición de mayores dimensiones, en la que debería entrar el propio PSOE. El dirigente centrista recordaba este miércoles las palabras del Rey en Nueva York en las que efectuaba un encendido llamamiento a la necesidad de superar las diferencias ‘con voluntad de entendimiento”. También Rajoy aprovechó ese mensaje del Monarca para subrayar que “estoy totalmente de acuerdo” con el llamamiento de Felipe VI. “Yo dialogué, acordé y me faltaron seis votos”, mencionó durante un paseo electoral en Vilalba.