Las críticas que hace tres semanas hizo el presidente al daño sufrido por los depositantes chipriotas se han disipado. Hoy ha respaldado en el Congreso las condiciones impuestas por este rescate porque el castigo se ha centrado sobre el “capital especulativo”, aquel que se beneficiaba de unos tipos de interés “claramente inviables” de entre el 7 y el 12%. La solución acordada, ha añadido el presidente, está justificada porque se ha salvaguardado la continuidad de Chipre en el euro y, además, porque ha quedado claro que es “extraordinaria, única y excepcional”, en ningún caso exportable ni a España ni al resto de la eurozona.
Mariano Rajoy ha vuelto a criticar al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, quien desató el pánico en las bolsas al defender hace tres semanas que la solución dada para Chipre era “el ejemplo a seguir” para los rescates bancarios que pudieran producirse en algún otro país miembro. Además de echar en falta una mayor coordinación en la UE para evitar las alarmas innecesarias, Rajoy ha señalado que es necesaria la “prudencia” y ha puesto en fuera de juego, citándole esta vez directamente, al presidente del Eurogrupo.
En su explicación de los resultados del Consejo Europeo celebrado los pasados 14 y 15 de marzo, el presidente del Gobierno ha reivindicado también al núcleo duro de la UE estímulos al crecimiento, sobre todo para los países que, como España, están haciendo “enormes sacrificios” para reducir el déficit. Sin ser muy explícito al respecto para no echar por tierra las negociaciones que el Gobierno mantiene con la Comisión Europea, Rajoy ha pedido también una “consolidación fiscal diferenciada compatible con el crecimiento”, receta a través de la cual el Gobierno busca que se permita a España acabar este año en el 6% de déficit y no en el 4,5% previsto, para ahorrarse, entre otras cosas, un ajuste extraordinario superior a los 15.000 millones de euros.
“Nuestros ciudadanos exigen resultados y con razón”, ha sentenciado Rajoy en tono reivindicativo, tras aludir al riesgo de que tanto en España como en el resto de los países con economías más débiles aumente el desapego hacia los asuntos europeos. Después de describir los incentivos al crecimiento que se están viendo en Estados Unidos y en Asia, con el Banco de Japón forzando la máquina de hacer billetes, el presidente español cree que debe evitarse en Europa “una situación de estancamiento” económico y más aún en países como España que arrastran un paro juvenil del 50%.