Si hay algo en la cabeza de los principales dirigentes de Más Madrid y de Podemos es superar la traumática guerra que fracturó a la izquierda en mil pedazos. La idea es terminar la secuela española de 'La vida de Brian' que fue la escisión de Íñigo Errejón del gran círculo morado y elevar a la categoría de excitante thriller político la futura plataforma con la que Yolanda Díaz quiere a unir todos de cara a las elecciones de 2023. Pero todos saben que tienen que ir poco a poco para recomponer una relación rota.
El primer paso lo dieron hace una semana en Valencia la propia vicepresidenta y jefa in pectore de Unidas Podemos y la líder de Más Madrid, Mónica García. La foto de ambas, junto a 'otras políticas', fue el germen de una unión que en el cuartel general de Podemos ya se empieza a dar por descontada. En parte para presionar a Errejón, porque el jefe de Más País sigue siendo el gran escollo de esa fusión.
El segundo paso llega esta fin de semana, en Sevilla, donde Izquierda Unida organiza su escuela de otoño. Allí se producirá otra foto de ese acercamiento a poquito. El diputado de Más Madrid en la Asamblea regional Jorge Moruno y la exparlamentaria morada Eva García Sempere se sentarán juntos para hablar de "El tiempo de la libertad".
Solo pueden pactar los que han tomado el relevo
Lo cierto es que ese encuentro no será menor, pues Moruno es íntimo de Errejón. Es una de las personas con las que más conectado está intelectualmente. Por eso, que se desplace a Sevilla para compartir foro con sus colegas morados de IU es todo un gesto encaminado a continuar rebajando la tensión. Aún así, las fuentes consultadas en uno y otro lado coinciden: la guerra fue tan dura que ahora solo pueden pactar los que han tomado el relevo.
"La clave son las nuevas caras que hay en Podemos. Ione [Belarra] y Lilith [Verstrynge] no vivieron Vistalegre II. Y las relaciones que tengan ellas siempre van a ser más fluidas que las que puedan tener significantes de todo aquello, los actores de aquella movida. Todo lo que sea que no estén Pablo, Íñigo, Irene [Montero] o Rita [Maestre] será tener mucho ganado", concede una fuente morada de peso.
En el otro lado, el entorno de Más Madrid también coincide en el diagnóstico: "Íñigo se tiene que echar a un lado. Mónica puede perfectamente acercarse a Yolanda y a lo que queda de Podemos, porque ella no sufrió las punzadas de aquella batalla. Pero va a estar difícil, porque Errejón está empeñado en seguir adelante con su camino. Realmente Íñigo es el tope de Mónica", cuenta una fuente que conoce bien la escisión morada que alumbró Más Madrid.
Eso sí, las fuentes consultadas en Podemos recuerdan que pese a que poco se estén dando esos gestos de distensión, la relación no es como la que los morados tienen con ERC o con Bildu. "Son pasos importantes, que no esté Pablo y que Íñigo no sea la figura principal que está con Yolanda y lo sea Mónica García facilita este reencuentro".
Lo cierto es que el eterno referente de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, comienza a meter prisa a Yolanda Díaz para que resuelva cuanto antes el papel de cada partido político en su futura plataforma. Además, vaticinó que tanto Podemos como Izquierda Unida tendrán un papel "importante", porque no basta con "diferentes caras y nombres" para armar una herramienta política sugerente capaz de reconectar con los ciudadanos progresistas desencantados.
El problema es los mensajes que lanza Díaz no apuntan a que entre en sus planes resolver ya el papel de cada partido. Y es que ese, según reconocen en privado los primeros espadas de Podemos, será el gran quebradero de cabeza. Por el momento, la vicepresidenta segunda sigue insistiendo en que no ha decidido si será candidata y que quiere impulsar una fase de escucha activa con la sociedad, que debe ser la protagonista del proceso mientras que los partidos deben tener un rol secundario.
Nadie sabe cómo terminará este proceso de reagrupación. Pero si hay algo claro es que los principales líderes políticos de la izquierda española caminan con pies de plomo. El gran miedo es que la izquierda a la izquierda del PSOE vaya fracturada a las elecciones, algo que sería fatal para las opciones de la coalición de socialistas y morados de repetir en La Moncloa. Sobre todo tras el derrumba de Ciudadanos, que ha dejado la derecha en dos partidos, y las expectativas de nuevos actores, como la posibilidad de la que la España vaciada concurra en las urnas.