"¿Qué reproche se le puede hacer a este antiguo ministro y peso pesado de la derecha española? Más allá de posturas sexistas inaceptables y de su participación en uno de los gobiernos europeos más hostiles con las energías renovables, la candidatura de Cañete plantea posibles conflictos de intereses muy graves", señala Le Monde en un artículo firmado por varios eurodiputados ecologistas este jueves.
El artículo comienza su alegato explicando que la ética en política es un requisito esencial, especialmente en la actual crisis democrática que decepciona a millones de hombres y mujeres. "El cóctel creado entre las políticas de austeridad y la pérdida de confianza entre el pueblo y sus políticos es explosivo. La connivencia entre los grupos de presión, especialmente el lobby energético, y parte de la clase política es cada vez más evidente e insoportable", denuncia.
Los ecologistas recuerdan que la letra de los tratados europeos establece que los miembros de la Comisión son elegidos por sus calificaciones y su compromiso europeo entre personas que ofrezcan absolutas garantías de independencia sin lugar a dudas. Y aquí aparece mencionado el exministro, señalado como fundador de dos compañías petroleras (Ducar y Petrologis Canarias), lo que hace sospechar de los vínculos que pueda tener aún con ellas. "La ambición medioambiental de la Comisión de Jean-Claude Juncker ya era baja, pero hoy es también su integridad lo que se cuestiona", apuntan.
Las sospechas de los eurodiputados ecologistas radican en que aunque el matrimonio Cañete y su hijo hayan vendido sus acciones personales el pasado 18 de septiembre, dos de los cuñados del exministro controlan aún estas empresas. "Hay más sospechas de que se tapan los intereses personales y familiares a través de una sociedad fantasma -Havorad Bv- radicada en los Países Bajos. A través de esta sociedad, la familia cercana de Cañete posee igualmente una tercera parte de la filial panameña de CEPSA, ¡el gigante petrolero español!", exclaman.
Para los ecologistas, las preguntas se le acumulan al exministro. ¿Qué ingresos obtiene su familia de estas participaciones? ¿Por qué se utilizan estos regímenes fiscales opacos? ¿A quién ha vendido Cañete sus acciones? ¿Ha habido intención de defraudar a la Hacienda española? ¿Es posible que una persona estrechamente ligada con el sector petrolero y comprometido supuestamente con la lucha contra el cambio climático en nombre de la Unión Europea pueda ofrecer todas las garantías de independencia mientras que su carta de presentación como comisionado alude explícitamente a los intereses de la familia como generador de un conflicto de intereses?
Los eurodiputados consideran que estas preguntas deben ser contestadas y sentencian que no hay ninguna razón por la que Juncker y los conservadores europeos mantengan su pleno apoyo a este hombre. "Nada, ni siquiera lo que él mismo les haya podido jurar cara a cara. Europa no necesita un nuevo Jerome Cahuzac!", concluyen, apelando al escándalo del político francés condenado por evasión de impuestos y por cuentas ocultas en el extranjero.