El pasado 8 de marzo, Irene Montero anunció a bombo y platillo que el Gobierno había concedido al Ministerio de Igualdad un presupuesto de 20.000 millones de euros para gastar hasta 2025. La mayoría de esa partida, una cifra superior al 90%, irá destinado a bonificaciones a la contratación, prestaciones por maternidad y complemento de rentas. También esta dotación promoverá el derecho a un empleo digno, reducir la brecha salarial o mejorar las condiciones de trabajo de las empleadas del hogar.
Pese a que las intenciones del Ministerio de Igualdad son buenas, este presupuesto choca de frente con una realidad social que tiene preocupados a los españoles: la gasolina ya cuesta más de dos euros, la factura de la luz es más alta que nunca y la inflación se sitúa en cifras récord, algo que incide de manera directa en los bolsillos de los españoles en cosas tan cotidianas como ir al supermercado. De ahí que después de darse a conocer la noticia, ciudadanos y políticos hayan puesto el grito en el cielo ante un presupuesto de tales proporciones en las actuales circunstancias.
Para poner en contexto el calibre de esta cantidad, en Vozpópuli hemos querido comparar esta partida presupuestaria con otras que ha destinado nuestro país a posiciones clave, como es el sector energético, la ciencia e investigación o sanidad.
Según presupuesta la Sociedad Nuclear Española, nuestro país podría tener independencia energética en un futuro próximo con esa cifra: a razón de 4.000-5.000 millones de euros por central nuclear, España podría construir cuatro o cinco instalaciones de este tipo.
También podría multiplicar por diez la cantidad que ahora mismo existe en la hucha de las pensiones. El fondo de reserva se sitúa actualmente en alrededor de 2.000 millones de euros, una cifra ridícula si tenemos en cuenta que hace once años tenía 66.000 millones de euros. El Gobierno pretende recuperar parte de lo perdido mediante una subida de las cotizaciones.
También es cuatro veces lo que el Gobierno ha destinado a sanidad para este año 2022 (5.434 millones de euros) pese a que el impacto del coronavirus sigue haciendo mella -aunque ya en menor medida- en muchas familias. Es decir, que el presupuesto -de mantenerse- para sanidad en los próximos cinco años es ligeramente superior (25.000 millones frente a 20.000) que lo destinado a Igualdad.
Ya que hablamos del covid, supone 4.000 veces la inversión al desarrollo de la vacuna española contra la enfermedad, que ha sido de 4,5 millones de euros. Con esa cantidad, se podrían haber construido 130 hospitales si costasen lo mismo que el Isabel Zendal.
En el caso de la ciencia, se podría conseguir que nuestros investigadores no abandonaran el país por la precariedad de sus puestos de trabajo. La partida destinada a ciencia e innovación en 2022, extrapolado a los próximos cinco años, es ocho veces inferior al presupuesto histórico del Ministerio de Igualdad. La cantidad que ha recibido el ministerio de Irene Montero prácticamente duplica el dinero que ha destinado el Gobierno a las pymes durante la pandemia (11.000 millones de euros).
Si seguimos con Educación, España ha destinado 6.036 millones de euros a esta parcela en sus últimos PGE. Es decir, que el presupuesto de los próximos 5 años para educación, en caso de mantenerse la partida de 2022, será de 30.000 millones de euros. Igualdad gastará dos tercios de lo que cuesta todo el sistema formativo público de nuestro país. En plena guerra de Ucrania y con España dentro de la lista de países hostiles según Rusia, el presupuesto del Ministerio de Defensa para 2022 es la mitad de lo que se ha destinado a Igualdad, (10.000 millones de euros).
También es prácticamente el presupuesto que tiene para 2022 la Comunidad de Madrid (23.000 millones de euros) o la suma de la partida destinada a Extremadura, Asturias, Cantabria y Murcia para este año. Equivale casi al presupuesto de Castilla-La Mancha para dos años (12.000 millones en 2022), en caso de mantenerse la cifra reflejada en los PG de este año de cara al próximo.
