Yves Mirabaud, presidente del Banco Mirabaud, imputado por el fiscal suizo del cantón de Ginebra Yves Bertossa, niega las acusaciones por las que se le investiga y que apuntan a una falta de transparencia a la hora de informar al organismo regulador competente de una entrada en su entidad en 2008 de la cantidad de 65 millones de euros con destino a la cuenta de la fundación panameña Lucum, de la que era beneficiario el rey emérito Juan Carlos I.
En un breve comunicado, al que ha tenido acceso Europa Press, la entidad 'Mirabaud & Cie Ltd' confirma que su presidente ha testificado ya ante la Fiscalía suiza "como investigado en relación con una supuesta falta de presentación de informes al organismo de prevención de blanqueo de capitales en 2018".
Añaden que Mirabaud "impugna enérgicamente las acusaciones que puedan formularse contra él" y señalan además que el banco "confía en un resultado favorable del procedimiento" ya que considera que "ha actuado de acuerdo con la legislación aplicable".
De esta forma, el banco suizo reacciona ante las informaciones que este miércoles indicaban que el fiscal que sigue la causa en el país helvético por blanqueo de capitales y cobro de comisiones irregulares había decidido la imputación de Mirabaud por no haber informado al organismo de prevención de blanqueo de capitales de esa entrada de dinero procedente de Arabia Saudí. Ese organismo es una figura parecida al Servicio Ejecutivo de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales (SEPBLAC) español.
Un año de la salida del Emérito
Precisamente el nuevo paso que da en su investigación Bertossa coincide en el tiempo con el aniversario de la salida del rey emérito de España rumbo a Emiratos Árabes Unidos, donde reside desde entonces.
Esa salida de Juan Carlos I se produjo después de que el 'Sunday Telegraph' desvelara el 14 de marzo de 2020 un generoso 'regalo' millonario al emérito por parte de Arabia Saudí. Esto llevó a que Don Felipe anunciara el 15 de marzo que retiraba su asignación el rey Emérito.
Además, en marzo de 2019 se recibieron ya en Zarzuela dos cartas del bufete británico en el que trabaja el abogado de Corinna Larsen, examante de Juan Carlos I, informando de que Don Felipe y la Princesa de Asturias figuraban como segundo y tercer beneficiarios de la Fundación Lucum.
Dicha fundación fue creada en 2008 para supuestamente ocultar esa donación que Arabia Saudí habría hecho al entonces jefe de Estado. Esos fondos permanecieron en la cuenta suiza del Mirabaud hasta que en 2012 el emérito transfirió los 65 millones a Corinna Larsen.