Moncloa hizo esperar a Zarzuela y designó en la tarde de este lunes a la ministra de Defensa, Margarita Robles, para refrendar la visita que el Rey Felipe VI hace de nuevo a Valencia este martes pese a que hubo constancia oficial de este desplazamiento desde hace tres días. Cabe recordar que los actos del jefe del Estado deben ser refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes. El problema es que las relaciones entre el Gobierno y la Casa Real no atraviesan su mejor momento. Es más, Pedro Sánchez dejará solo por primera vez al Rey en la cumbre iberoamericana, que se celebra el 14 y 15 de noviembre.
Sánchez, de viaje oficial en Bakú (Azerbayán) para asistir a la cumbre del clima, ha optado por Robles, puesto que la visita del Rey es a las unidades militares desplegadas en la Comunidad Valenciana para socorrer a la provincia tras la catástrofe de la DANA, que ha causado al menos 223 muertos. En concreto, el Monarca, en tanto capitán general de las Fuerzas Armadas, se encontrará a los contingentes de los Ejércitos de Tierra, del Aire y del Espacio y de la Unidad Militar de Emergencias, en la base Jaime I. Después se desplazará al buque de asalto anfibio 'Galicia'. Y rematará el viaje con una visita a la base logística principal del Ejército de Tierra, situada en la Feria de Muestras de Valencia.
Esta nueva visita del Rey revive los incidentes violentos de Paiporta, el domingo 3 de noviembre, cuando una muchedumbre lanzó barro e insultó a los Reyes, al presidente del Gobierno -que abandonó la comitiva- y al presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón. Además, recrudece las tensas relaciones entre el Gobierno y la jefatura del Estado. La confianza entre ambas ha saltado por los aires tras aquella visita oficial que algunos ministros del Ejecutivo creen que no debió producirse en el momento en que finalmente se hizo.
Es más, consideran que la propia presencia del Rey impidió una toma de decisión más sosegada que tuviera en cuenta los riesgos para la seguridad. En Moncloa se disparó el cabreo con Zarzuela. Al equipo del presidente del Gobierno no le sentó nada bien que Felipe VI y la reina Letizia, así como Carlos Mazón, continuaran su recorrido por las calles de Paiporta pese al estallido de violencia. El equipo de escoltas de Pedro Sánchez, en cuanto la situación se descontroló, activó el protocolo de seguridad y le trasladó al puesto de mando avanzado, desde donde culpó del episodio a organizaciones de extrema derecha; una tesis que la Guardia Civil se encargó de descartar este lunes.
Aquel domingo en Paiporta, Don Felipe y Doña Letizia tenían previsto acudir a Chiva, otro de los municipios gravemente afectado por la DANA. Sin embargo, esa visita quedó aplazada, y casi también la de Paiporta donde apenas pudieron estar, hasta que se calmaran los ánimos. Zarzuela adelantó este lunes que la próxima semana los Reyes visitarán de nuevo algunas localidades afectadas, pero todavía no ha trascendido cuáles serán ni la fecha concreta.
El choque entre Moncloa y Zarzuela tensiona las costuras de un Estado debilitado y cuestionado, cuyas dos administraciones responsables de la gestión inicial de la catástrofe -el Gobierno y la Generalitat valenciana- se perdieron en una maraña competencial y en una refriega de responsabilidades y relatos de ida y vuelta mientras los ciudadanos achicaban lodo y buscaban desaparecidos. Ahora, la pelea política por el relato copa los titulares tras una multitudinaria manifestación el pasado sábado en Valencia, que exigió a los políticos que asuman responsabilidades por la gestión inicial de la crisis.
Los políticos son el centro de todas las iras. Y temen que la situación ya no sea reversible. La huida del presidente del Gobierno, que evidenció su desconexión con la calle, y la imagen embarrada de los reyes ante el estallido de indignación evidencian el deterioro del sistema español, atrapado desde hace años en un enjambre de polarización, crispación y desconfianza en las instituciones. En los últimos días, Moncloa ha intentado bajar el tono de confrontación con Mazón. Pero Sánchez sigue lanzando pullas: este lunes dijo que se comunicó con el por Whatsapp nada más conocer el alcande de la tragedia.
JoseMa
12/11/2024 08:54
¿No fue Robles la que dijo, recién pasada la tragedia, que los militares no iban porque no podían estar en todo o algo así? O sea, que era consciente que estaba retrasando el envío del ejército
José Alejandro Vara
Dos buenas referencias, sí señor.
Birmania
12/11/2024 10:23
Pedro Sánchez está enrabiado porque el Rey le hizo quedar como un cobarde, que de hecho es lo que es. Un miserable cobarde. Cobarde, gallina, capitán de las sardinas.