Pablo Ibar, que cumple condena desde hace más de 20 años en una cárcel de Estados Unidos, acusado de triple homicidio, afrontará el próximo 5 de marzo la repetición del juicio que le llevó al corredor de la muerte en el año 2000, y que posteriormente, en 2016, fue anulado por el Tribunal Supremo de Florida al demostrarse que el abogado que le había defendido era adicto a las drogas.
La juez Lisa Porter ha fijado, en una vista preliminar celebrada en Broward (Florida), esta fecha al recalcar ante la Fiscalía, que llevaba tiempo demorando el proceso, que se trata del caso criminal sin resolver más largo de su corte y que la resolución del mismo es “prioritaria”.
La jueza ha establecido un calendario de cara a que las partes incorporasen sus pruebas y peritajes a la próxima vista. "Se espera un proceso largo, no en vano está la vida de un hombre en juego, no inferior a seis meses", expone Andres Krakenberger, experto en derechos humanos, portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar. En principio hará falta la unanimidad para condenar o absolver a Pablo de los doce jurados.
Si en el juicio resulta declarado culpable, haría falta también que los doce miembros del jurado estuvieran de acuerdo en su condena a muerte, al igual que la absolución. Según la actual legislación, lo que decida dicho jurado ha de ser por unanimidad. Pueden decidir que la condena sea a muerte (tal y como está previsto que lo solicite la Fiscalía), o que determinen una duración de la condena.
Preso desde 1994
Pablo Ibar, lleva preso desde 1994. El español, que también tiene la nacionalidad estadounidense, tiene ya 45 años. El primer juicio fue celebrado en 1998 y no hubo un veredicto unánime de culpabilidad, por lo que fue juzgado de nuevo y hallado culpable en 1999 de los asesinatos de Casimir Sucharsky, dueño de un club nocturno, y de las modelos Sharon Anderson y Marie Rogers.
En 2000 fue condenado a muerte, pero en 2016 el Tribunal Suprema de Florida anuló dicha condena por considerar que no había tenido una defensa letrada eficaz y porque al no haberla tenido, había sido condenado a muerte con pruebas “escasas” y “débiles” y obligó a repetir el juicio. Ibar, no obstante, pasó quince años en el corredor de la muerte de un penal de Florida.