Las atípicas elecciones vascas de este 12 de julio de 2020 colocan al nacionalismo en sus máximos históricos. Los partidos abertzales ganan terreno frente a unas formaciones constitucionalistas que se van desinflando más y más cada cuatro años. Los números no engañan. El PNV y EH Bildu acumulan ya más de 50 de los 75 asientos en la Cámara de Vitoria.
No se llevan demasiado bien y parece difícil que pacten algo, pero el caso es que PNV y Bildu tienen juntos más poder que nunca. Los resultados de este domingo demuestran que los electores de Euskadi cada vez se decantan más por las opciones nacionalistas. Tanto peneuvistas como bildutarras aumentan sus escaños en el Parlamento autonómico en detrimento de los no nacionalistas.
En la anterior cita con las urnas, celebrada en 2016, los soberanistas sumaron 46 escaños (28 y 18), por debajo de su mejor resultado hasta ahora, logrado en 2012, cuando sumaron 48 (27 y 21). Ahora, a falta del escrutinio definitivo, está claro que superarán esa barrera de los 50 escaños.
Hundimiento de Podemos y PP+Cs
Los buenos números de las candidaturas abertzales contrastan con el hundimiento de las coaliciones no nacionalistas de izquierdas, Unidas Podemos, y de derechas, PP+Cs. Entre los constitucionalistas solo el PSE obtiene unos buenos resultados.
Tradicionalmente Vizcaya era la provincia dominada por el PNV, Guipúzcoa era terreno propicio para la izquierda abertzale con sus distintas marcas electorales y Álava era el reducto no nacionalista, con los partidos constitucionalistas por encima del nacionalismo. Pero eso ya ha cambiado. Tanto este domingo como en las últimas citas con las urnas los peneuvistas ganan en los tres territorios y los bildutarras quedan en segunda posición.
