El impulso urbanístico que Alberto Ruiz-Gallardón imprimió al Ayuntamiento de Madrid durante su etapa como alcalde (2003-2011) ha quedado enterrado definitivamente. Ese afán del actual ministro de Justicia, que muchos juzgaron y juzgan insostenible, hoy ha muerto: el área de Urbanismo y Vivienda que dirige la concejal Paz González contará en 2013 con 159 millones euros, un 27% menos que este año según se recoge en los últimos presupuestos generales de la ciudad.
En este sentido, el capítulo de inversiones de Urbanismo ha recibido una partida escuálida de 39 millones, una cantidad que llevó al edil socialista Marcos Sanz a lamentar la situación de la capital el pasado jueves durante una comisión municipal: “En este momento no somos políticos, sino notarios certificando el parte de defunción de su área”, espetó a Paz González. El drama inversor se agrava con un vistazo a las cuentas de la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS), que desarrolla la política de vivienda del Ayuntamiento desde hace más de 30 años, con especial énfasis al apoyo a la vivienda social. Según los presupuestos, la EMVS cerrará 2012 con una deuda de 665 millones de euros.
Una cifra astronómica que es, en parte, una de las grandes culpables de que la inversión urbanística municipal haya quedado castrada. De hecho, el mayor esfuerzo inversor se concentra en la rehabilitación del antiguo Mercado de Barceló, ahora reconvertido en un “centro polivalente”. Barceló recibirá algo más de diez millones. El resto va destinado, mayoritariamente, para la adquisición de suelo. El portavoz de UPyD en el Ayuntamiento de Madrid, David Ortega, afeó también el jueves los desastrosos números rojos de EMVS a la responsable de Urbanismo.
Urbanismo justifica la subida del gasto destinado a pagar a directivos por los trienios, como si todos fueran funcionarios.
Curiosamente, la directiva de EMVS sí ha reducido algunas partidas de esta sociedad mercantil local. Por ejemplo, los gastos de personal para el año que viene caen un 6,82%, hasta los 15,62 millones. Sin embargo, los gastos para sufragar a los altos cargos no solo no bajan, sino que sorprendentemente suben: además de mantener a los 11 directivos que copaban la cúpula de EMVS en 2012, la cuantía destinada a pagar a este grupo escala casi un 7%, a cerca de 100.000 euros por cabeza (más de un millón de euros en total). Desde la concejalía, justificaron que la subida se debe a los trienios que les corresponden a los miembros de la cúpula. Como si todos fueran funcionarios.