España

Pedro Sánchez trabaja para salvar su liderazgo y evitar la asonada que encabeza Susana Díaz

Pedro Sánchez puede tener sus horas contadas como líder del  PSOE si no consigue evitar que el comité federal de este lunes frene el debate sobre su gestión al frente del partido, más cuestionada que nunca desde el descalabro del 20-D y su apuesta por llegar a pactos con Podemos.

  • El líder socialista, Pedro Sánchez, en la noche electoral del 20-D.

El equipo de Pedro Sánchez trabaja para que el comité federal convocado para este lunes no de la puntilla a su liderazgo y los barones regionales eviten abrir el debate sobre la sucesión al frente del partido, algo, aseguran en Ferraz, que sería mal interpretado por los ciudadanos en una coyuntura política tan excepcional como la que vive en estos momentos España. De hecho, aseguran fuentes de la dirección, este fue uno de los motivos por los que Sánchez, en la reunión de la comisión ejecutiva celebrada doce horas después de conocerse los resultados del 20-D, se anticipó a todos y anunció que se presentaría a la reelección en el congreso ordinario previsto para la primavera.

Pedro Sánchez prevé reunirse con los barones este domingo para sofocar una revuelta en el comité federal

El anuncio no gustó nada a algunos barones, menos que a nadie a la presidenta andaluza, Susana Díaz, no solo por el atrevimiento de Sánchez, sino también porque entendían que el 21-D no era el día más apropiado para hablar de decisiones internas de partido. Este es, precisamente, el mismo argumento que esgrime ahora el equipo del secretario general para trabajar a favor de que este lunes no haya alguien “tan irresponsable” como para querer convertir la reunión del comité federal en una especie de haraquiri que de lustre “a la pírrica victoria” conseguida por el PP en estas elecciones generales. En el equipo de Sánchez se levantaron las primeras alarmas cuando se escucharon las primeras voces que han pedido la asunción de responsabilidades y rendición de cuentas, entre ellas las del exministro José Luis Corcuera o la del expresidente madrileño Joaquín Leguina, partidarios de la dimisión de la actual dirección y de la refundación de su partido. De cualquier modo, para evitar sorpresas y que se de la puntilla a su liderazgo, el líder socialista tiene pensado reunirse este domingo con los dirigentes territoriales con el fin de lavar los trapos sucios de la organización en casa.

Aguantar a las presiones internas y externas

El objetivo de la actual dirección o, al menos de parte de ella, es evitar el ruido interno y hacer de este comité federal, el máximo órgano entre congresos, un potente altavoz que acentúe la oposición de todo el partido a facilitar la investidura de Rajoy. Esto sí que le preocupa a Pedro Sánchez, pues si poco a poco, debido a presiones externas, empresariales o de otro tipo, empiezan a divergir las opiniones sobre qué hacer cuando llegue el debate de investidura, él mismo comparecerá debilitado y con menos capacidad para conseguir su propósito, que no es otro que el de votar negativamente y plantear una alternativa de izquierda que encaje con las dos opciones que en estos momentos se manejan en Ferraz: hacer un frente común con las fuerzas dispuestas a apoyar al candidato socialista como presidente del Gobierno o bien reanudar desde la constitución de las nuevas Cortes una campaña electoral que agonizaría en mayo con la celebración de nuevas legislativas. Sánchez ya ha avanzado que se presentaría como candidato, pero sabe que incurre en el riesgo de que la sultana andaluza, Susana Díaz, pegue un puñetazo en la mesa y decida dar el salto a Madrid.

Susana Díaz no descarta presentarse como candidata si hubiera nuevas elecciones generales

Es, precisamente, en el debate sobre los pactos postelectorales donde se sitúa el ciclón interno, pues la mayoría de los barones territoriales, a los que se ha sumado a última hora también el valenciano Ximo Puig, están dispuestos a cortocircuitar toda posibilidad de alcanzar acuerdos con Podemos y sus fuerzas afines, el camino más directo en el que piensa Pedro Sánchez para llegar a La Moncloa. Estos dirigentes territoriales tienen claro que no se puede pactar con alguien que cuestiona la unidad de España y defiende con naturalidad, como Pablo Iglesias, el derecho de autodeterminación. En el equipo de Pedro Sánchez se les responde que son ellos mismos, el propio Puig, Guillermo Fernández Vara en Extremadura o Emiliano García- Page en Castilla-La Mancha, los que después de las elecciones de mayo llegaron a la presidencia de sus comunidades gracias al respaldo de Podemos e, incluso, de organizaciones independentistas como Compromís.

Al margen de la reunión prevista para este domingo, el propio Pedro Sánchez y uno de sus principales escuderos, el secretario de Organización, César Luena, han aprovechado los últimos días para contactar con la mayoría de los barones territoriales con el fin de evitar una asonada en el comité federal de este lunes. El mensaje que les han transmitido después del 20-D, ha sido muy claro: hay que cerrar filas con la ejecutiva y evitar que las discrepancias internas impidan posibles alianzas para acceder a La Moncloa, contribuyendo a agrandar el corto triunfo del PP en las urnas. La principal destinataria del aviso ha sido Susana Díaz, pues encabeza el ala del partido que no quiere nada con Podemos y, menos aún, con las fuerzas nacionalistas de cuya abstención dependería también, en su caso, la hipotética investidura de Sánchez como presidente del Gobierno. De momento, la sultana del sur es la que va ganando el pulso y la que ni siquiera descarta pegar el salto a Madrid como candidata del PSOE en el supuesto de que se fuera en cuestión de meses a unas nuevas elecciones generales.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Dona ahora Vozpópuli