De jugador de balonmano a esposo de la Infanta Cristina y a imputado por corrupción en el Caso Nóos. Iñaki Urdangarin destaca entre titulares desde la década de los 80, cuando empezó a competir con la selección del F.C. Barcelona y jugó con la selección olímpica. En los 90, pasó de la prensa deportiva a la prensa rosa, al contraer matrimonio en 1997 con la hermana del Rey Felipe VI. Y avanzado el nuevo milenio, llegó a la sección de tribunales de los diarios. Este miércoles, la Audiencia de Palma ha dado cinco días para ingrese en prisión.
El número 7 de la selección española de balonmano, de ascendencia vasco-belga y oriundo de Zumárraga, era conocido en las revistas como un hombre sociable, amistoso y con gran autoestima. Además de deportista -al balonmano se suman sus aficiones al tenis, el golf y el running-, Urdangarin se esforzó por forjar su perfil más empresarial. Es licenciado en Administración de Emrpesas por el ESADE y diplomado en Ciencias Empresariales por la Universidad de Barcelona.
Tras seis años en la Familia Real, Urdangarin se asoció con Diego Torres, antiguo profesor de ESADE para llevar la dirección de la entonces Asociación Instituto de Investigación Aplicada, posteriormente conocido como el Instituto Nóos.
Mientras dirigía la entidad, Urdangarin tuvo su cuarto hijo con la infanta Cristina, Irene de Todos los Santos, nacida en junio de 2005; la menor del matrimonio después de Juan Valentín, Pablo Nicolás y Miguel.
Un año después, en 2006, el esposo de la Infanta abandonó el Instituto Nóos. Pasaba a ser consejero de Telefónica Internacional en Barcelona. En 2009, la compañía le nombró consejero y presidente de la Comisión de Asuntos Públicos de Telefónica Latinoamérica y Estados Unidos. Fue entonces cuando Urdangarin y la familia se mudaron a Washington.
No fue hasta 2010 que el juez instructor José Castro abrió una pieza para investigar el Instituto Nóos, lo que llevó a asociar por primera vez el nombre de Urdangarin con un posible caso de corrupción. Y en menos de un año, el exjugador de balonmano se sentó en el banquillo a declarar como imputado. La implicación en el caso lo apartó de la Casa Real y los actos oficiales de la familia, así como de la vida pública en general.
Desde entonces, Urdangarin ha estado a la espera de su sentencia. Y el pasado 17 de febrero 2017, la Audiencia Provincial de Palma hizo pública la resolución del Caso Nóos: seis años y tres meses de prisión. Tras la decisión, Urdangarin presentó un recurso ante el Tribunal Supremo, que finalmente decidió no aplicar medidas cautelares.