Los miembros del Mando de Operaciones Especiales (MOE) se caracterizan por llevar a cabo las intervenciones más quirúrgicas del Ejército de Tierra, aquellas que requieren un golpe preciso ante una amenaza elevada. Sus desempeños se caracterizan por su discreción y anonimato más absoluto, y su nivel de preparación exige estar en constante adaptación a los escenarios cambiantes. Los informes que maneja la cúpula militar sostienen que las guerras del futuro se librarán en buena medida en escenarios urbanos. Y por eso se ha pensado en un proyecto denominado 'Casa de intervención' para formar a los boinas verdes -como se conoce a esta unidad de élite, también denominados guerrilleros- en este ámbito especializado, al que en términos militares se denomina "espacios confinados".
El proyecto se desarrollará en la sede del MOE en Alicante, el acuartelamiento Alférez Rojas Navarrete, y consiste en la construcción de una vivienda de 500 metros cuadrados con todas las necesidades que se requiere para la instrucción de los boinas verdes en este tipo de escenarios. Hasta el momento, esta unidad de élite tenía que desplazarse hasta otros países aliados para ejecutar ejercicios reales en este entorno.
Los guerrilleros también disponían de un simulador, fosos de tiro y ejercicios en campos de tiro, pero no de una vivienda específica para la formación en estas capacidades. Con la puesta en marcha del plan, que se prevé que esté disponible a partir de 2022, se pretende subsanar esa carencia y contar con los propios recursos en territorio nacional.
De hecho, el proyecto 'Casa de intervención' se basa en las instalaciones que ya existen en Francia. La revista Tierra, del Ejército de Tierra, detalla que la vivienda que contará con diversos accesos que pondrán a prueba a los miembros del MOE, como ventanas, tragaluz, puertas de derribo, escaleras o subsuelo. Asimismo se instalarán sistemas de ventilación natural y artificial, suelos con revestimientos ignífugos.
Los materiales para la fabricación incluirán hormigón, caucho y madera, y serán lo suficientemente robustos para que los militares de la unidad de élite empleen palancas, arietes o explosivos, entre otros. El sistema de megafonía permitirá a los instructores dar órdenes en directo o ambientar el escenario con diferentes sonidos. Los ejercicios se seguirán por un circuito cerrado de televisión.
El espacio interior de la vivienda se distribuye en nueve habitaciones y varios pasillos, algunos de ellos diáfanos, otros rotos por tabiques que ofrecerían cobijo a posibles asaltantes. Porque entre el catálogo de intervenciones que contemplan los miembros de operaciones especiales en zonas de conflicto figuran los enfrentamientos con terroristas atrincherados en viviendas, incluso con la toma de rehenes. Por eso, el Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC) del Ejército de Tierra, junto a otros estamentos del cuerpo militar, ha considerado que el proyecto 'Casa de Intervención' es una prioridad de máximo nivel para los boinas verdes.
La unidad de élite del Ejército
La mayoría de las actuaciones que los guerrilleros del Ejército llevan a cabo tienen lugar en el extranjero. En los últimos tiempos se han desempeñado en escenarios como Irak o Afganistán, y también llevan a cabo labores de instrucción en ámbitos del Sahel africano para que los militares de estos países sean capaces de enfrentarse por sí mismos a amenazas terroristas o criminales. La mayoría de los despliegues del MOE se caracterizan por su absoluta discreción, si bien en ocasiones puntuales se han seguido sus intervenciones con conocimiento de la opinión pública.
La más reciente, la evacuación del pasado mes de agosto en el aeropuerto de Kabul, que sirvió para rescatar a cerca de 2.200 personas. La cúpula militar envió a los boinas verdes como refuerzo a los miembros del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) del Ejército del Aire que, junto a los agentes de la Policía Nacional que protegían la embajada española en Afganistán y que optaron por permanecer en el aeródromo, se desempeñaban en la recuperación de los civiles que se agolpaban junto a las instalaciones.
Pero los miembros del MOE también han participado en misiones en territorio nacional. Su función en la operación Romeo Sierra en el año 2002 sirvió para la recuperación de la isla de Perejil, tomada por militares del ejército marroquí, sin que se produjera ninguna baja, ya fuera en las propias filas o en las del país vecino. Todo ello en un contexto de grave crisis diplomática entre Madrid y Rabat, en el que cualquier incidente podría haber desembocado en un conflicto de mayores dimensiones.
La guerra del futuro, no obstante, no tendrá lugar únicamente en espacios abiertos y convencionales, sino en escenarios urbanos. Al menos, así lo contempla la cúpula de las Fuerzas Armadas. Esa concepción que define el proyecto 'Casa de intervención' da pie a otros programas militares. Como contó Vozpópuli, el Ejército de Tierra trabaja en el acondicionamiento de una 'megaciudad' en el campo de maniobras de Renedo Cabezón, a unos 18 kilómetros en coche de Valladolid, con 232 edificaciones, túneles subterráneos, una vieja vía ferroviaria y un bosque de 174 hectáreas. Pero la vivienda destinada a la instrucción de los boinas verdes es un plan singular, con todos los elementos necesarios para que la unidad de élite repita hasta la saciedad los ejercicios de instrucción que les permitirán hacer frente a las intervenciones más quirúrgicas y de mayor riesgo.