Algo se mueve en el Sur. La inminencia del adelanto electoral en Andalucía está precipitando alianzas impensables hasta hace poco. Y es que Podemos busca una entente con el partido de Íñigo Errejón en la arena sevillana. El plan de los morados pasaba por presionar a Yolanda Díaz para que levantara ya su plataforma más allá de Despeñaperros. Pero la vicepresidenta segunda se ha negado y, por eso, los de Ione Belarra están tanteando por su cuenta a Más País, según varias fuentes moradas de peso.
Lo cierto es que en Podemos ven predispuesta al alma andaluza de Íñigo Errejón, capitaneada por Esperanza Gómez, a sumarse a una lista conjunta para frenar la sangría de escaños que augura la fragmentación de la izquierda en cuatro papeletas (PSOE, Andaluces Levantaos, Unidas Podemos y Adelante Andalucía). El plan de la izquierda a la izquierda del PSOE pasa por reducir el número de listas de tres a dos.
“Trabajamos para la máxima unidad hablando con todos”, sintetizan altos cargos de Unidas Podemos. El problema es que ese acercamiento deja fuera de la ecuación a Adelante Andalucía, la coalición de la anticapitalista Teresa Rodríguez, quien se ha ofrecido a formar parte de los planes de Yolanda Díaz a nivel estatal, pero en su tierra ceder su parcela es otro cantar. "Teresa lo está poniendo más difícil", zanjan fuentes de Podemos.
Trabajamos para la máxima unidad hablando con todosAltos cargos de Unidas Podemos
Y, aún así, la realidad es que hay pocas opciones de que Adelante logre entrar en el Parlamento. Según las últimas encuestas, como la del 'CIS andaluz', Rodríguez apenas se haría con un escaño tras separarse de Podemos hace más de un año por pactar con el PSOE de Pedro Sánchez en Moncloa. Aunque ahora, tras la guerra que la expulsó de su grupo parlamentario, hay más problemas detrás.
La tradición política de Errejón, radicada en la construcción nacional popular que trascienda siglas, no se entiende con el anticapitalismo que encarna Rodríguez y cuyo embrión —Espacio Alternativo— ayudó a fundar como corriente crítica dentro de Izquierda Unida, el partido al que terminó dando un portazo en 2008.
Las dificultades para la izquierda en esta comunidad son dobles, porque la alianza Andaluces Levantaos que cerró Más País con Andalucía Por Sí e Iniciativa del Pueblo Andaluz no emite señales de vida en los sondeos y se quedaría fuera del Parlamento autonómico. La marca, además, ya existió como plataforma cívica entre 2004 y 2008, aunque no concurrió en unas elecciones. Mientras, la ventaja del candidato popular a la reelección, Juanma Moreno, es considerable aunque todo apunta a que dependerá de Vox para poder seguir gobernando.
El trabajo sucio
Para entender el acercamiento morado a Más País hay que tener muy presente el puente que está levantando Izquierda Unida, porque Podemos en Andalucía no está solo. Comparte casi a partes iguales el poco poder que tiene con los de Alberto Garzón: de los 17 diputados que lograron hace tres años, 11 fueron morados y 6 de Izquierda Unida.
Otra clave a tener en cuenta para entender el acercamiento entre Errejón y Podemos es que la presión que está ejerciendo sobre él la vicepresidenta segunda está empezando a surtir efecto. Él mismo dijo esta semana que coincide con la idea de Díaz de que la izquierda a la izquierda del PSOE es un rincón pequeño: "Es una línea acertada en la que siempre me he reconocido. España no se cambia con la izquierda, se cambia con el pueblo".
En medio del baile de la izquierda andaluza, hay una lucha soterrada por el papel de los partidos en la futura plataforma de Yolanda Díaz. Y lo que pase en estas elecciones decidirá el papel de Podemos, el partido que reclama mayor protagonismo, en la hoja de ruta de la vicepresidenta hacia las elecciones generales de 2023. Andalucía se va a convertir en un laboratorio.
La cuestión es que si los morados no se hunden estrepitosamente en esos comicios, como apuntan los sondeos, podrán recordarle a Díaz que ellos tienen los mejores instrumentos para su orquesta. Y eso les serviría para presionar a la titular de Trabajo e intentar pilotar parte del proceso de nombres que integrarán la herramienta política "de país" en el que piensa la vicepresidenta segunda.