Los socios del Ejecutivo han firmado este miércoles una entente en forma de acuerdo sobre cómo y quién ejecutará el desmantelamiento de la legislación laboral que parió el PP en 2012. Y pese a que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha logrado diluir el papel de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, al sentar en la mesa del diálogo social a varios miembros socialistas, en Podemos están de celebración. “El plan sale”, resumen fuentes moradas a Vozpópuli.
La guerra por el relato sobre los éxitos y los fracasos de la coalición se intensifica día a día. Y Podemos, según las fuentes consultadas en el partido, se ve ganador, porque ha conseguido trasladar toda la presión a Sánchez con la reforma laboral. Es más, la propia Díaz ha puesto palabras a ese sentimiento de victoria tras conocerse el pacto: “El presidente va a presidir esta reunión y no tengo más que satisfacción. Estoy muy contenta, le doy las gracias”.
Lo cierto es que el dirigente socialista presidirá el próximo martes una minicumbre con Nadia Calviño, Yolanda Díaz y los equipos de Hacienda, Seguridad Social y Educación para fijar la posición del Gobierno en la mesa de diálogo social con patronal y sindicatos. Y esa posición, según el pacto de este miércoles, estará dentro de “los términos del acuerdo de Gobierno de coalición”.
El PSOE se resiste a pronunciar la palabra derogación
En plata: Sánchez, si quiere cumplir y evitar una crisis de Gobierno, tendrá que apostar por derogar el actual andamiaje laboral. No obstante, no deja de ser llamativo que el presidente del Gobierno quiera escenificar que se acuerda una posición que ya estaba fijada por Trabajo y enviada a Bruselas, que dio su visto bueno. En Podemos se lo toman como una muestra más del ‘ataque de celos’ de Sánchez.
El problema es que el PSOE se resiste a pronunciar la palabra de marras. Este mismo martes, el portavoz parlamentario, Héctor Gómez, habló de “construir un nuevo marco de relaciones laborales”. Pero evitó conscientemente decir que se derogaría la reforma. Tampoco lo dijo Sánchez en el congreso socialista de Valencia, aunque lo dio a entender: “Avanzaremos poniendo punto y final a leyes como la ley mordaza, como la reforma laboral del PP, impuestas y sin acuerdos”.
Ese es el match ball que barruntan los morados, según las fuentes consultadas, porque tanto si Sánchez deroga la reforma como si no, Podemos podrá anotarse un tanto. Si el presidente derriba la reforma del PP y termina con los aspectos más lesivos, los de Ione Belarra venderán que es gracias a su presencia en el Gobierno.
“España sabe que los trabajos para cambiar la reforma laboral son de Yolanda, no de Sánchez”, zanjan estas fuentes. Y, si el presidente del Gobierno no cumple, los morados no tendrán piedad. Las fuentes consultadas advierten de que ese sería el fin del Gobierno de coalición, que entraría en una crisis muy difícil de superar. Comisiones Obreras, el sindicato afín al Partido Comunista en el que milita la vicepresidenta segunda, ya está acuartelado y plantea “movilizaciones” en caso de que no se logren los objetivos de su referente.
El sentir de algunos morados es que el acuerdo de este miércoles es un arma comunicativa del lado socialista del Gobierno. Y a Podemos no le ha importado recibir el ‘hachazo’ porque ha salvado el compromiso de Sánchez de avanzar hasta la derogación. No obstante, los miembros de Podemos consultados no se fían del todo de las intenciones del presidente y creen que tratará, por todos los medios, de impedir que Díaz sea la autora material del pacto que dinamite la reforma laboral de 2012.
El runrún electoral
La batalla de la reforma laboral está enmarcada en un contexto de competición electoral. A Podemos le atraviesa la pulsión de enmarcar al PSOE como el socio que incumple, casi sistemáticamente, los acuerdos del pacto de coalición. Y, por eso, los morados han sacado la artillería y han abierto más frentes en las últimas semanas con la ley de vivienda y la derogación de la ley mordaza.
Hay dirigentes morados que ven a los socialistas con ansias de pulsar el botón de un posible adelanto electoral para pillar al espacio a su izquierda con el pie cambiado. Y ese es el motivo por el que Podemos ha subido los decibelios contra su socio: para retratarle. Díaz también está centrada en construir un “frente amplio” con el que concurrir a las elecciones generales de 2023. La guerra laboral es la madre de todas las batallas.