El proceso constituyente iniciado por Podemos hace dos meses llega a su fin con el encumbramiento de Pablo Iglesias como secretario general de la formación, pero para llegar a este punto el eurodiputado ha tenido que atravesar un mar de problemas, en donde gracias a su buena oratoria y capacidad de empatizar con la ciudadanía ha conseguido poner el dedo en la llaga de la política española.
En enero de 2014, tal y como él mismo iba apuntando meses antes, da comienzo la andadura de Podemos, en un principio no demasiado mediatizada, pero muy fuerte en redes sociales, donde el partido ha copado gran parte de sus apoyos.
El 14 de enero se anunció que Iglesias encabezaría Podemos desde unas posturas de izquierdas
El fin de semana del 12 y 13 de enero se presentó el manifiesto ‘Mover ficha: convertir la indignación en cambio político’, que es el germen de la formación y el 14 del mismo mes se anunció que Pablo Iglesias encabezaría el movimiento en contra de las políticas de austeridad y contra los grandes partidos desde unas posturas de izquierdas.
El tiempo ha ido matizando el discurso de Iglesias desde esa postura de izquierdas, entre su formación y las elecciones europeas múltiples intervenciones del líder en distintos actos de campaña y en protestas populares, como las marchas por la dignidad, donde Iglesias realizó el discurso de ‘inauguración’, donde reclamaba para la sociedad el “poder político”.
Presente en Youtube de manera abrumadora gracias a tácticas de viralización de contenidos, en Twitter desde el día de las europeas con un crecimiento acelerado, tanto que hace ya tiempo que superó al presidente del Gobierno en seguidores y actualmente cuenta con más de 650.000. Las redes sociales han sido el motor de un partido al que en un principio los periódicos no daban demasiada cancha, pero las televisiones sí. Pablo Iglesias ya era antes de ser el líder de la formación un asiduo tertuliano de distintos canales de televisión, donde en programas como La Sexta Noche o Las mañanas de Cuatro, La noche en 24h o El Gato al Agua se fue convirtiendo en uno de los políticos más conocidos del país.
Debido a esta fama, el partido decidió colocar la cara del eurodiputado en las papeletas, una táctica que funcionó, dado que en las elecciones al parlamento europeo el grupo obtuvo 1,2 millones de votos y 5 europarlamentarios.
Desde entonces, y aplicando unas tácticas de comunicación mucho más avanzadas que sus compañeros de tertulia y presentando cada vez una imagen más moderada, y transversal, siempre actuando desde el respeto a los turnos de intervención, Pablo Iglesias ha conseguido convencer a gran parte de la población de su discurso y programa, que según critican desde los grandes partidos sería irrealizable y supondría la salida del euro al no pagar la deuda.
Tras su éxito en las europeas y ante las múltiples críticas del resto de partido, Podemos eligió a su equipo técnico en una elección rápida y con listas cerradas
Tras su éxito en las europeas y ante las múltiples críticas del resto de partido, Podemos eligió a su equipo técnico en una elección rápida y con listas cerradas, donde el grupo de Iglesias ocupó rápidamente la dirección del partido para asegurar la dirección. Eurodiputados y portavoces empezaron a aparecer más en las televisiones, lo que provocó una mayor dispersión del discurso. Caras como Juan Carlos Monedero, Iñigo Errejón o Pablo Echenique empezaron a captar la atención de los medios.
La irrupción en el panorama político resultó una hecatombe para los grandes partidos, que rápidamente empezaron a plantear reformas y cambios internos. El fin de Rubalcaba, la presión sobre los puestos en consejos de administración de Felipe González o la elección de Pedro Sánchez son algunos ejemplos de esto. En el PP el cambio pasó por plantear unas reformas de regeneración democrática y dedicarse a advertir del peligro de una formación que ha tenido contactos pasados con la cúpula del PSUV del fallecido Hugo Chávez.
A mediados de verano se abrieron las inscripciones de ‘afiliados’, que hoy son más de un cuarto de millón, pese a que se hayan realizado varias denuncias externas e internas sobre la poca fiabilidad del sistema. A parte, este sistema se inició como fin para decidir los principios organizativos del grupo. Este proceso ha derivado en una división en, principalmente, dos bloques, uno liderado por el equipo técnico de Pablo Iglesias, que abogaba por una estructura más vertical con un secretario general y otro por Pablo Echenique y otros 30 borradores de distintos puntos del país, que abogaban por una estructura horizontal con tres portavocías.
La decisión de no poder ocupar puestos en otras formaciones dejó fuera a Izquierda Anticapitalista, parte de los fundadores del grupo
Pablo Iglesias ganó con un 80% y llevó a que además se estableciera que un miembro del consejo de Podemos no pueda estar en otra agrupación, decisión que excluía a Izquierda Anticapitalista, parte de los fundadores del grupo, fuera de los puestos de poder en la formación. El eurodiputado además consiguió echar de la arena política a Echenique al solicitar que el que no ganara debería dar un paso atrás. El científico presentó una candidatura reducida al Consejo Ciudadano, pero la retiró cuando el equipo de Iglesias presentó una candidatura completa para ocupar todos los cargos.
Pablo Iglesias en los últimos meses ha dejado atrás su presencia en tertulias televisivas, sin dejar de participar de forma externa, y está más enfocado realizar entrevistas donde alcanza unos elevados niveles de audiencia a cada presencia mediática que concede.
Semanas antes de este sábado, las encuestas empezaban a mostrar un fuerte vuelco electoral, donde Podemos se convertía en primera fuerza según Metroscopia y el último CIS les situaba 3º fuerza en estimación y primera en intención directa de voto. Estos resultados, que reflejan el hastío que ha provocado la corrupción en los grandes partidos es un caldo de cultivo para el grupo de Iglesias.
Este sábado Pablo Iglesias se ha convertido en secretario general y tendrá por delante otro largo camino hasta las elecciones municipales y autonómicas de 2015 donde Podemos solo concurrirá bajo su nombre a las comunidades y no a los municipios, donde concurrirá bajo la etiqueta Ganemos, y otro camino más largo hasta las elecciones generales, donde la corrupción y la situación económica puede suponer el cambio político total del país.