La última radiografía extraída de la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre el voto que podría captar Podemos para las próximas elecciones generales no convence a cierto sector de Izquierda Anticapitalista (IzAn), el partido que da cobertura a la plataforma de Pablo Iglesias. El último barómetro de opinión publicado por el CIS, el correspondiente al mes de julio, sitúa a Podemos como la primera opción en intención de voto, con un 17,7% de respaldo -mismo porcentaje que el PP (el PSOE queda con un 4,2%)- entre empresarios con asalariados a su cargo, altos funcionarios, altos ejecutivos y profesionales por cuenta propia. Una ruptura con el estereotipo de que esta formación se nutra básicamente del manifestante del 15-M.
Asimismo, el sondeo, en la tabla de voto directo más simpatía, sitúa a Podemos muy cerca del PP, sumando un 18,8% de los encuestados de este perfil, a menos de seis puntos de los populares (el PSOE no pasa del 4,2%). De igual modo, en las preguntas referentes al estatus socioeconómico, el partido de Pablo Iglesias despierta el máximo interés entre las personas de clase alta y media-alta, colocándose también en esta variable por delante del partido que sustenta al Ejecutivo. De celebrarse mañana los comicios a la Presidencia del Gobierno, la encuesta refleja que un 13,2% de los entrevistados de clase alta y media-alta confiaría en Podemos, mientras que un 12,3% apostaría por los populares (los socialistas obtiene un escaso 5,1%). Además, el dato de voto directo más simpatía deja a la formación de Iglesias, con un 15,2%, a sólo ocho décimas por debajo del PP (el PSOE registra un 6,2%).
Tales cifras han generado inquietud en las filas de Izquierda Anticapitalista, tal y como evidencia un artículo publicado en la revista de referencia de este partido trotskista, Viento Sur, donde colabora Brais Fernández, miembro del grupo promotor de Podemos, y cuyo consejo asesor está formado, entre otros, por destacados portavoces de la plataforma de Iglesias. Es el caso de Luis Alegre, coordinador del equipo técnico que prepara la Asamblea Ciudadana Sí Se Puede, Iñigo Errejón, jefe de campaña de las europeas, o Miguel Urbán, número siete de la candidatura del 25-M.
Los autores del artículo remiten a una reciente entrevista de Iglesias donde el eurodiputado apuesta más por una salida "socialdemócrata" de la crisis que por un análisis marxista
El artículo, firmado por tres militantes de Izquierda Anticapitalista (Rocío Cruz, Juan Medem y Clara Marañón), lleva por título Podemos y el capitalismo actual. Sus autores identifican al partido de Iglesias con un discurso "reconocidamente keynesiano" y recuerdan una reciente entrevista del politólogo donde apuesta más por una salida "socialdemócrata" de la crisis que por un análisis marxista.
El eurodiputado defendió esta posición en la Cadena Ser "porque es lo único que se podría hacer". Si bien matizó que "el capitalismo ha demostrado ser un sistema que convierte en miserables a millones de personas" y que le "gustaría construir una sociedad más justa", expuso que "en este momento hay una serie de medidas muy concretas que comparte la mayor parte de la ciudadanía: reforma fiscal, política de agregación de la demanda, reestructuración de la deuda…"
Los responsables del artículo destacan que "la diferencia clave entre el populismo y el anticapitalismo reside en el lugar predominante que ocupa la lucha de clases y el proletariado en uno, y su ausencia absoluta en el otro". A su juicio, "esta ausencia en el discurso populista lo incapacita para generar una verdadera transformación social a través del empoderamiento popular, el único que permite llevar a cabo medidas que vayan más allá de un reformismo limitado".
Asimismo, los autores asemejan a Podemos con el populismo latinoamericano y lo enmarcan en el plano de teóricos como la politóloga belga Chantal Mouffe y el argentino Ernesto Laclau, referente intelectual del kirchnerismo. En ese sentido, subrayan que "la hipótesis nacional-popular en que Podemos basaba parte de su estrategia populista se revela acertada, en tanto que apuesta por la conformación de una alianza interclasista amplia".
Sin embargo, tras haber alcanzado este primer objetivo, los tres miembros de IzAn piden a Podemos que no caiga en el futuro en tentaciones conservadoras: "Se trata de que esa alianza interclasista sea capaz de aglutinar a las capas populares, arrastrar a una parte de las capas medias, neutralizar a la restante y aislar a la gran burguesía". "Si esta alianza -avisan- no está hegemonizada por la clase trabajadora lo estará por los sectores progresistas ya insertos en el régimen, cuyos intereses son contrarios en último término a su caída".
Distancia con el discurso populista
Los tres militantes de IzAn también hacen autocrítica de su formación y afirman que "al carecer de un análisis de clase, es incapaz de mantener una autonomía política propia y por tanto de diferenciarse, más allá de matices, del discurso populista". Sostienen que apenas hay distinción con el grupo promotor de Podemos. Precisamente, la decisión del equipo de Pablo Iglesias de elegir una lista cerrada para organizar la Asamblea de octubre provocó malestar en el seno de Izquierda Anticapitalista, en especial, según resaltan los autores, en "un sector crítico con posturas más transformadoras" que la línea defendida por los eurodiputados.
Entre las obligaciones que el artículo pone a Podemos, sobresale la "tarea urgente de volver a pensar la clase con todas sus contradicciones, distinguir los puntos de articulación con el resto de sectores que se disponen a un lado frente al bloque en el poder --el régimen--, así como analizar cuáles son las posibilidades de éste para cambiar los equilibrios de fuerzas frente a una posible aplicación de políticas neokeynesianas".
En caso de que el partido de Iglesias no siga este camino, estos miembros de IzAn vaticinan que "lo más probable es que las fracciones de clase más progresivas dentro del régimen capitalicen las nuevas luchas --incluida la lucha política que ha abierto Podemos-- para mejorar sus posiciones estratégicas dentro del bloque en el poder, bloqueando a la par cualquier proceso de transformación social profunda". "Sin perspectiva de clase, las y los militantes anticapitalistas careceremos de elementos discursivos y políticos para combatir este peligro, y nuestra intervención en Podemos sólo habrá ayudado a apuntalar nuestra derrota", apostillan.