A Pablo Iglesias no le ha hecho falta fotografiarse esta campaña electoral en el bar de turno del pueblo jugando una partida de dominó con los paisanos, posiblemente la imagen más recurrente de los políticos cuando pelean por el voto rural. Podemos ha demostrado en las elecciones generales de 2015 que es un partido de asfalto, neón, y polución.
El partido morado ha superado al PSOE en las tres ciudades españolas con mayor población e importancia económica, Madrid, Barcelona, y Valencia, aunque en estas dos últimas ha acudido en coalición. Los espectaculares actos de campaña electoral celebrados por Podemos en la Caja Mágica en Madrid, o en la Fonteta en Valencia, con pabellones repletos de seguidores, cientos a las puertas, decian mucho del tirón urbanita del partido de Iglesias.
En la capital española Podemos ha logrado, con más del 96% del voto escrutado, ocho diputados, 725.904 votos, 100.000 votos más que el PSOE -que ha quedado detrás también de Ciudadanos- y habiendo sido solo superado por el Partido Popular, que ha conseguido 13 diputados, 1,1 millones de votos.
Comú Podem, que integra a Podemos, ICV, y Barcelona En Comú, ha sido el partido más votado en Barcelona, habiendo obtenido nueve diputados, 751.586 votos, cuatro más que el PSOE. El tirón de la alcaldesa Ada Colau y la promesa de celebrar un referéndum para decidir el futuro de Cataluña han disparado al partido de Iglesias superando holgadamente no sólo a los socialistas, también a los partidos nacionalistas.
En Valencia, con el 99% del voto escrutado, la coalición És el Moment, Compromís-Podemos, ha obtenido los mismos diputados que el Partido Popular, cinco, con 394.112 votos, unos 45.000 votos menos que el PP. Podemos ha superado con holgura al PSOE en Valencia, donde ha logrado 274.545 votos y tres diputados.