La polémica carga policial durante la manifestación de este martes en las cercanías del Congreso pasó el miércoles al interior del propio parlamento. El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, aprovechó su comparecencia ante la Comisión de Interior para defender a capa y espada la actuación de los antidisturbios, que calificó de “proporcional, congruente y de máxima profesionalidad”. Cosidó destacó que a la convocatoria del movimiento 25-S acudieron “grupos radicales y antisistema” formado por miembros de “la extrema izquierda, anarquistas y okupas”, a los que responsabilizó de los incidentes.
El máximo responsable de la Policía detalló que tras la batalla campal que se vivió en la Plaza de Neptuno, los agentes recogieron “300 kilos de piedras”, “4.000 botes de cerveza, algunos llenos” y otros objetos contundentes como canicas, palos, adoquines, señales de tráfico, botellas, pilas… que, aseguró, fueron lanzados a los agentes. Cosidó también explicó que de los 35 detenidos ayer “algunos” tenían antecedentes y que, en concreto, uno lo eran por un “homicidio doloso”.
El director general no ahorró palabras de apoyo a los 1.350 antidisturbios que participaron en el despliegue de ‘blindó' el Palacio de la Carrera de San Jerónimo y recalcó que "cuando [la Policía] actúa es por hay una agresión y se pone en riesgo a otros ciudadanos que están dentro de la propia manifestación”. Cosidó insistió que pese a la dureza de las cargas, esta violencia “no es equiparable” a la que, en su opinión, ejercieron “las personas que quieren alterar el orden constitucional”.
Acusados ante la Audiencia Nacional
En este sentido, el máximo responsable del Cuerpo Nacional de Policía recalcó que parte de los detenidos serán llevados en las próximas horas ante la Audiencia Nacional acusados de atentar contra las altas instituciones del Estado al considerar que con su actuación de ayer pretendían entrar violentamente en el Congreso. Y exigió a los otros grupos que se pusieran del lado de los "demócratas" mostraran su apoyo a las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Sin embargo, Cosidó eludió comentar los incidentes acaecidos en la estación de trenes de Atocha al final de la manifestación y que, según se observa en vídeos tomados por aficionados y difundidos en las redes sociales, los agentes cargaron contra los presentes, que se vieron obligados a cruzar las vías con un riesgo evidente. Interrogado por el diputado de IU Ricardo Sixto si iba a abrir una investigación sobre estos supuestos casos de excesos policiales y otros, el director general de la Policía negó tal posibilidad: "No ha habido en ningún caso".
El responsable policial también justificó la presencia de agentes infiltrados entre los manifestantes, cuya labor, dijo, "es vital para garantizar el éxito" de los operativos de seguridad en las manifestaciones. Incluso aplaudió su actuación, pese a la polémica que en las últimas horas ha surgido en las redes sociales tras ser desvelada su presencia en algunos vídeos.
Las explicaciones no convencieron a los representantes del PSOE e IU. El diputado socialista, Pedro Muñoz, acusó a los responsables políticos del PP de "echar más leña al fuego" al hacer frente a las manifestaciones "con muy poco talento y con muy mal talante". Por su parte, Ricardo Sixto consideró exagera las acusaciones que iban a llevar a parte de los detenidos ante la Audiencia Nacional y pidió a Cosidó que se las replanteara.
Nueva concentración
Mientras se producía la comparecencia de Cosidó, un grupo de aproximadamente 500 manifestantes se volvía a congregar en la Plaza de Neptuno en protesta por los incidentes del martes. Los concentrados, que al cierre de estas líneas tenían ya cortado uno de los sentidos del Paseo del Prado, gritaban "detenidos libertad" y "policías infiltrados son los encapuchados". El despliegue policial era en esta ocasión mucho menor, aunque se mantenía el aparatoso sistema de vallado que impedía el paso de ninguna persona a las cercanías del Parlamento.