Varios diputados y asesores de los grupos parlamentarios de Ciudadanos y el PSOE solían cenar con asiduidad la pasada legislatura. La tradición se instauró después de la negociación del pacto de 'El abrazo' que Pedro Sánchez y Albert Rivera firmaron en 2016 para desbloquear la legislatura que había empantanado Mariano Rajoy con su negativa a presentarse a la investidura.
Las cenas se mantuvieron tras el acuerdo de Rivera con Rajoy. Pero no resistieron la moción de censura. Sánchez y Rivera rompieron política y personalmente durante aquellos debates. Y los diputados que compartían mesa, ideas y proyectos socioliberales de futuro guardaron la distancia que exigía el momento político por el choque entre las direcciones de los dos partidos.
Ábalos defendió el pacto
Hay quien piensa que el pacto entre el PSOE y Ciudadanos, el único que suma mayoría absoluta tras el 28-A, todavía es posible. Es más un acto de fe. No hay hechos que respalden esta posibilidad, más allá de las matemáticas. Los puentes entre las dos formaciones están rotos desde hace más de un año. Rivera da el acuerdo por imposible. Y el PSOE pide con una mano la abstención de Ciudadanos y con la otra sitúa a la formación naranja en la extrema derecha.
Si Sánchez decide romper con Podemos e intentarlo con Rivera tendrá que vencer muchas resistencias.
Uno de los pocos interlocutores del PSOE que mantiene contacto con Ciudadanos es su secretario de Organización, José Luis Ábalos. El actual ministro de Fomento se ha reunido con el secretario General naranja, José Manuel Villegas, en alguna ocasión. Los dos han mantenido cierto contacto, infructuoso en general, durante este último año.
Ábalos es el dirigente socialista que ha expresado su preferencia por el pacto con Ciudadanos de manera más clara. Así lo dijo en una entrevista con El Español, en la que dijo que "la mayoría social acompaña cada vez más al pacto de 'El abrazo'". La intención no ha pasado del entrecomillado. Y las conversaciones de Villegas y Ábalos se han circunscrito más a apagar algún incendio que a otra cosa, de momento.
El otro dirigente del PSOE que mantiene viva la llama de un acuerdo improbable es Emiliano García Page. El presidente de Castilla-La Mancha es el único barón socialista que ha alcanzado un pacto global con Ciudadanos a nivel municipal.
'Win-win' para Page y Cs
El acuerdo ha sido un win-win para los dos partidos. A la formación naranja le permite identificar un PSOE con el que se siente cómodo; el de Page. El líder socialista, por su parte, ha conseguido amarrar las principales capitales de provincia en las que necesitaba socio y de paso barrer al PP de los Ayuntamientos en decenas de municipios.
Si Sánchez decide romper con Podemos e intentarlo con Rivera tendrá que vencer muchas resistencias. A pesar de la dimisión de Toni Roldán y el florecimiento de un sector crítico que aboga por el entendimiento con el PSOE, el líder de Ciudadanos se mantiene firma en su negativa a investir al candidato socialista.
Ábalos y Page podrían jugar un papel fundamental si es que se intenta. Y quizá los diputados de aquellas cenas que murieron con la moción de censura.