El nuevo presidente del PP se ha reunido con José María Aznar y con Antonio Hernández Mancha, dos de sus predecesores en el cargo. Lo hizo antes con Mariano Rajoy, en una reunión fría y aséptica, según las versiones. Pablo Casado organiza estos días a su equipo dirigente antes de celebrar la primera reunión de su ejecutiva este jueves en Barcelona.
En entorno de Casado reconoce que su estructura está por montar. El nuevo dirigente del PP llegó a la planta siete de Génova con una organización mínima. Una puñado de amigos, muy jóvenes, con relativa experiencia política, rebosante de entusiasmo y poco más. Aún así se impuso a Soraya Sáenz de Santamaría, que contaba con un cuartel general muy experimentado.
Casado habla estos días con mucha gente. Este miércoles se reunirá con quien fue su rival directa para conformar definitivamente su Comité Ejecutivo. Algunos expresidentes de Rajoy entrarán en el alto mando de la formación, así como veteranos diputados con muchas horas de Congreso en sus espaldas. El presidente del PP cuenta con dos apoyos del 'clan gallego', supuestamente 'neutrales', para ayudarle en estos primeros pasos y, en especial, para orientar su gestión en los meses venideros.
Un núcleo de irreductibles
Alberto Núñez Feijóo es uno de de sus consejeros más activos. "Cuento con él para lo que él quiera", dijo Casado en la campaña electoral. El presidente de la Xunta optó por no pronunciarse públicamente a favor de ninguna de las dos candidaturas en disputa. Sin embargo, puso a su gente a trabajar en su favor. El goteo de adhesiones de dirigentes gallegos en la recta final de la campaña actuó como un efecto de impulso de su candidatura quizás decisivo en el resultado de la contienda.
Feijóo es un referente máximo en el PP, que actuará como un puente de unión entre los dos sectores hasta ahora enfrentados. La mayoría de los barones y dirigentes provinciales se han puesto a las órdenes del nuevo presidente, aunque aún quedan recelos y heridas abiertas después del pulso interno. Nunca había celebrado el PP unas primarias para elegir a su jefe máximo, de ahí el desgarrón que ahora se advierte. Feijóo habla con algunos de los derrotados, insta a la conciliación y a la integración, la palabra mágica del momento entre los populares. "Su labor es fundamental, pero no hay duda de que hay un importante núcleo de irreductibles a los que será difícil incorporar", dicen en fuentes del 'pablismo'.
Otra persona fundamental en esta fase de la puesta en marcha del nuevo equipo es Ana Pastor. La presidenta del Congreso fue la más fiel a Rajoy pero siempre desde el lado opuesto a Santamaría. Celebró con mucha discreción la victoria de Casado y se ha ofrecido a colaborar con él en todas las labores del ámbito parlamentario. La bancada del Congreso estaba liderada por dos 'sorayistas', Rafael Hernando, el jefe del grupo popular, y Carlos Rojas, el número dos de la formación. Hernando posiblemente dejará el puesto, quizás para que lo ocupe Javier Maroto, quien se ha convertido en uno de los elementos clave de la nueva dirección.
Feijóo y Pastor tienen la experiencia y el poder de persuasión suficientes para colaborar con el presidente para desbrozar de dificultades estos primeros tramos de la actual etapa. Poco a poco, una vez conformados los equipos directivos, la situación tenderá a normalizar, para afrontar decididamente los principales retos que el PP tiene ahora ante sí: recomponer el partido y afrontar las citas electorales que ya se anuncian.
