Que Santos Cerdán tiene muchas papeletas para caer en el próximo Congreso Federal del PSOE, que se celebrará del 29 de noviembre al 1 de diciembre, es un secreto a voces en la gran casa socialista. La fecha del cónclave, que se reunirá en Sevilla, se acerca y, por tanto, aparecen nombres para sustituir al secretario de organización. Según ha sabido Vozpópuli por fuentes del partido, el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Antonio Hernando, se suma a las opciones que baraja Pedro Sánchez para dirigir la maquinaria interna de Ferraz.
Hernando salió de Presidencia hace poco más de un mes para recalar en el Ministerio para la Transformación Digital que dirige su amigo Óscar López, quien también cesó como jefe de gabinete del presidente del Gobierno. A favor del nombramiento de Hernando frente al de otras opciones, como la ministra portavoz, Pilar Alegría, se suma que conoce bien al PSOE, así como el Congreso de los Diputados -de su época de portavoz parlamentario entre septiembre de 2014 y mayo de 2017- y el Palacio de la Moncloa -de su etapa como adjunto del jefe de gabinete-.
La llegada de Hernando a organización permitiría a Sánchez crear una línea directa entre Moncloa y Ferraz, que ahora está debilitada tras el ascenso del académico cacereño Diego Rubio al puesto de jefe de gabinete. Además, supondría su entrada en la ejecutiva del partido. Rubio, que carece por completo de raigambre socialista, no está alineado con una organización tan compleja como vetusta. Y el presidente podría reforzar ese flanco de acción con Antonio Hernando.
Fue Sánchez quien le nombró portavoz en el Congreso; puesto del que dimitió, precisamente, tras el regreso del líder socialista a la secretaría general. Sánchez venció en las elecciones primarias a Susana Díaz y Patxi López. Y Hernando renunció porque apoyó a la expresidenta de la Junta de Andalucía durante aquella contienda interna que fracturó al PSOE en dos. Pero en este tiempo Sánchez, desde la tranquilidad que da el poder, ha tendido puentes y ha intentado coser el partido hasta el punto de que quienes hoy asumen responsabilidades son quienes en su día se opusieron al auge del hoy gran jefe de los socialistas.
El presidente es, junto a Hernando y Óscar López, integrante de los "chicos de Blanco", en referencia al exsecretario de organización socialista y exministro de Fomento José Blanco. Y es que los tres llegaron a la dirección del PSOE en el 2000 de su mano y trabajaron en todas las campañas del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, el otro gran consejero áulico de Moncloa.
Cabe reseñar que el desembarco de Hernando en Moncloa, en octubre de 2021, generó una polémica que la entonces portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, intentó acallar asegurando que su nombramiento era "absolutamente escrupuloso" con el régimen de incompatibilidades". Y todo porque Hernando fundó en 2019, junto con Pepe Blanco, la consultora Acento, envuelta en la polémica, como ya contó este diario, por fichajes próximos al Gobierno y por incurrir en posibles conflictos de interés.
El presidente del Gobierno situó a Antonio Hernando en la secretaría de Estado de Telecomunicaciones, desde la que, como explican fuentes socialistas, podrá controlar las regulaciones de las licencias de televisión en plena ofensiva mediática del Ejecutivo, que está propiciando un nuevo canal de televisión en abierto en la TDT. Si a ese cargo le suma la dirección de la fontanería socialista, podría seguir influyendo en la línea editorial de los medios, en un momento especialmente delicado para el Gobierno.
El runrún de cambios ya atraviesa a la organización. Y aunque Sánchez guarda en secreto los retoques que hará, lo cierto es que se dan por descontados. "En cualquier congreso hay cambios. Lo raro sería que no los hubiera", explica un ministro socialista. ¿Objetivo? Seguir en Moncloa. Por el momento, todo son meras especulaciones. Se comenta que puede afectar a los rostros de la comunicación del PSOE, como la portavoz de la ejecutiva, Esther Peña, quien no habría terminado de cuajar como esperaba el presidente. O a su colega en el Congreso de los Diputados, Patxi López. Pero solo el presidente sabe qué piezas moverá.