Miércoles 30 de diciembre, 10.40 de la mañana, Palacio del Congreso de los Diputados. La mayoría de los 350 diputados que representan a los españoles en la Cámara baja, estaban de acuerdo con suspender la sesión plenaria en señal de respeto a las víctimas de la tragedia de Valencia. Una hora y quince minutos antes, a petición del portavoz del PP, Miguel Tellado, y con el apoyo del socialista Patxi López y los socios del Ejecutivo, la presidenta Francina Armengol suspendió temporalmente el pleno para celebrar una reunión extraordinaria de la Mesa que diera validez a ese aplazamiento.
Todo parecía encarrilado. Incluso algunos parlamentarios buscaban billetes de tren o avión para volver a sus ciudades de origen. Hasta que el ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, advirtió de la necesidad de debatir y aprobar el único punto del pleno extraordinario previsto para inmediatamente después de la sesión ordinaria. El que daba luz verde al nuevo Consejo de Administración de RTVE, pactado por el PSOE, Sumar, Junts, ERC, Podemos, el PNV, Bildu y el BNG. "Ahora que hay acuerdo, no arriesguemos el pleno" trasladó el ministro al resto de partidos, ante las reticencias de algunos que se alineaban con el PP y Vox.
El PSOE, Sumar y casi todos los socios del Gobierno, excepto Junts, estaban de acuerdo con suspender la sesión de control al Ejecutivo. Pero se oponían a aplazar la decisión de renovar el consejo de administración de RTVE, aunque el plazo para ello no finaliza hasta dentro de dos semanas, para asegurarse así el hecho de poder colocar a sus afines en el órgano que dirigirá la radiotelevisión pública. Afines como la exdirectora de comunicación de José Luis Rodríguez Zapatero, la actual jefa de prensa del propio Bolaños, el exasesor de Oriol Junqueras o el exjefe de contenidos de RTVE cesado por el anterior consejo de administración. Cobrarán más de 100.000 euros en su nuevo puesto.
Junts per Catalunya, la formación que dirige desde Bélgica Carles Puigdemont, apostaba inicialmente por suspender la actividad parlamentaria como pedía la oposición. "El Parlament está decidiendo a esta hora aplazar el pleno" trasladó a sus compañeros en el Congreso, la portavoz separatista, Miriam Nogueras. La diputada catalana, no obstante, también advirtió que "aceptaremos lo que apoye la mayoría". También el Senado, con mayoría del PP en la Mesa, suspendió toda su actividad. Bolaños y el ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, les hicieron entender "la importancia" de la aprobación del decretazo que permite a la mayoría parlamentaria hacerse con el control del ente público. Su partido había logrado colocar al excandidato de Junts pel Sí, el periodista Miquel Calçada, en el nuevo consejo de RTVE.
Patxi López y Aina Vidal, portavoces del PSOE y de Sumar, defendieron la posición adoptada por los dos ministros con el argumento de que "nuestra función es legislar, tenemos que trabajar". La sustituta temporal del dimitido Iñigo Errejón incluso llegó a trasladar a sus compañeros que "nosotros no iremos a Valencia a achicar agua". Compartió su argumentación el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que consideró "una artimaña política" del PP y Vox el intento de aplazar la decisión de renovar el consejo de administración de RTVE. Finalmente, a mediodía, con la cifra de muertos creciendo por minutos y sin ningún diputado de la oposición en el hemiciclo, el Gobierno y sus socios lograban hacerse con el control de la radiotelevisión pública.
Bolaños y López diseñaron la lista
Los ministros de la Presidencia y Transformación Digital y Función Pública, Félix Bolaños y Óscar López, fueron los encargados de diseñar la lista de candidatos a formar parte del consejo de administración de RTVE. Aunque el Gobierno modificó las mayorías hace un par de semanas, para asegurarse así que sus nombres serían elegidos sin ningún contratiempo, la negociación con sus socios se remontan prácticamente a la primera semana de septiembre. Cuando López relevó a José Luis Escrivá como ministro. El PSOE ofreció desde un inicio sillas a los partidos independentistas, tras lograr la ampliación del consejo, para tener su beneplácito.