Ya vienen los Reyes Magos, caminito de España. Con sus alforjas cargaditas de juguetes. Y con un sinfín de deseos por cumplir. También, cómo no, los de la clase política de nuestro país, que en esto sí han hecho sus deberes y mandaron a tiempo la lista de regalos que quieren para este año. Hace unos días, según ha podido confirmar en exclusiva Vozpópuli por fuentes de la Casa de Oriente, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo hicieron entrega de sus respectivas cartas al Heraldo Real, que anduvo de paseo por Madrid, recorriendo desde el palacio de la Moncloa, hasta la calle Génova, pasando por el Congreso de los Diputados… y hasta la mismísima Zarzuela.
El presidente del Gobierno, según desvelan las citadas fuentes, empezaba así su misiva: “Queridos Reyes Magos, para este año os quiero pedir los mejores dotes de persuasión para convencer a Carles Puigdemont y así poder aprobar unos Presupuestos Generales del Estado que me permitan amarrar la legislatura hasta 2027”. El líder de la oposición: “España no puede más de sanchismo, necesita un cambio, por eso, yo os quiero pedir que se celebren unas elecciones generales, para que, esta vez sí, podamos sentarnos en la mesa del Consejo de Ministros”.
Está por ver quién se lleva el carbón. Puede que uno, puede que otro o, peor aún, los dos. De hecho, esta última es la opción más viable. Porque el presidente del Gobierno, ya lo dijo en 2024, está dispuesto a continuar en el poder “con o sin el concurso del legislativo”. En los cenáculos madrileños los “señores con puro”, en sus bolas de cristal, empiezan a vislumbrar que el siguiente escenario: un Ejecutivo incapaz de sacar adelante unas nuevas cuentas públicas y que la consecuencia sea... ninguna.
De momento, todo está en el aire. La negociación de los Presupuestos sigue paralizada. En su carta a Sus Majestades de Oriente, el árbitro de la política española, desde Waterloo, ha sido muy explícito: “Quiero que se me aplique la ley de amnistía y que el Congreso admita a trámite la proposición no de ley que registró Junts para que Sánchez se someta a una cuestión de confianza”. ¿Y si también hay carbón para el expresidente catalán fugado de la Justicia? Pues su amenaza es que entonces no habrá nada que hablar con el Gobierno. Y ni siquiera una foto con Sánchez podrá devolverle al redil del entendimiento.
La cosa es que con o sin Presupuestos, en el principal partido de la oposición hay quienes -con resignación- admiten que Sánchez puede aguantar. Al menos hasta 2026. Pero el escenario sería poco deseable para el jefe del Ejecutivo. De ahí que su primer anhelo para este año sea amarrar el sí de Junts y, por fin, dar luz verde a la norma más importante, de la que emana el grueso de la acción. “Un Gobierno sin Presupuestos es un Gobierno que no gobierna”, le dijo el Sánchez de antaño al de hogaño. Que no son la misma persona, como en su día matizó Carmen Calvo.
¿Carbón para el Rey?
De la encrucijada que vive la política española dan cuenta las otras cartas de los políticos a los Reyes Magos. Oriol Junqueras, líder de ERC, partido socio de Sánchez en Madrid y de Illa en Cataluña, pide reflotar sus siglas del hundimiento. El PNV quiere neutralizar a su rival en el País Vasco, Bildu. Pero el portavoz nacionalista en la Cámara Baja tiene una nueva bestia negra: Podemos. “Que se calle ya esa Belarra”, parece haber escrito Aitor Esteban en su misiva a los de Oriente. Los regalos que ansía Podemos no son aptos para estas fechas: “La cabeza de Yolanda Díaz”. Los de Sumar, tampoco: “La cabeza de Pablo Iglesias”.
En el bloque de la oposición, el líder de Vox, Santiago Abascal, no tiene dudas de cuáles son sus prioridades. Así lo ha dejado escrito: “Que este año que ahora comienza sea el año en el que Vox superó al PP”.
Desde la Zarzuela, Felipe VI pidió que bajen los decibelios en el Congreso de los Diputados. La “contienda política”, afeó el monarca en su discurso de Navidad, es a veces “atronadora”. Impide escuchar “la demanda de serenidad” de los españoles. En su carta a los parientes del lejano Oriente (ya se sabe, en la realeza todos son primos), el Rey ha incluido la palabra “consenso”. Parece que a él también le traerán carbón.