La reunión de Pedro Sánchez y Pablo Casado el 26 de junio en La Moncloa dio más de sí de lo que ha trascendido. Además de la oferta por la cual, si resulta investido el inquilino de La Moncloa, el PP estaría dispuesto a apoyar los Presupuestos Generales del Estado 2020 a condición de una menor subida de impuestos, también hablaron de una profunda reforma de la ley electoral, según ha sabido Vozpópuli.
Casado propuso a Sánchez -y éste se comprometió a estudiar, señalan las mismas fuentes- un cambio electoral en dos medidas: la importación a España del antiguo sistema griego de proporcionalidad "reforzada" que consistía -el país heleno lo abandonó en 2016- en dar una prima de 50 diputados al ganador de las elecciones, y la instauración de la doble vuelta para la elección de alcaldes; ambas dirigidas a reforzar el bipartidismo de populares y socialistas, que siguen siendo los mejor implantados territorialmente frente a Ciudadanos y Podemos.
Esos 50 diputados extra que el antiguo sistema griego concedía al vencedor de las elecciones generales lo eran siempre y cuando llegara en voto popular a lograr 101 escaños; por debajo no había prima. El objetivo era claro: dar estabilidad al sistema a base de conceder una mayoría absoluta que no dan las urnas.
Si el más votado logra un 40% y la diferencia sobre el segundo es igual o superior al 5%, automáticamente sería elegido alcalde
Por lo que respecta a los ayuntamientos, Casado planteó a Sánchez este sistema de doble vuelta en las urnas: si el candidato más votado en la primera logra un 40% y su diferencia sobre el segundo es un 5% -o solo un 35% pero el siguiente a más de un 10%-, automáticamente sería elegido alcalde. En caso de que no se dé ninguno de esos dos supuestos, los dos aspirantes a la alcaldía más votados se enfrentarían en segunda vuelta en las urnas.
Se trata de acabar con el "espectáculo" de pactos en los despachos, alguno de los cuales acaba con resultados esperpénticos como el de Melilla, donde el único concejal que logró Ciudadanos en las elecciones del 26 de mayo, Eduardo de Castro, se hizo con la Presidencia de esa ciudad autónoma tras llegar a un acuerdo con el PSOE y los islamistas de Mustafá Aberchán para desalojar del poder a Juan José Imbroda, el más votado (37,8%).
Siempre según las fuentes consultadas, Pedro Sánchez se comprometió a estudiar la propuesta. Reconoció a Casado que la prima de 50 diputados para el sistema parlamentario puro solo requeriría un simple cambio en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg) porque la Constitución Española (1978) dejó abierto el número de escaños y fácilmente se podría pasar de los actuales 350 a 400 (art 68.1), pero la implantación de la muy francesa doble vuelta le plantea dudas.
De entrada, el artículo 140 de la Constitución permitiría hacerlo, dado que faculta que la elección de alcalde correrá a cuenta de los "concejales o los vecinos"; pero no se dice nada de una doble elección ajena al sistema parlamentario español.
Diez pactos de Estado
En total, son diez los pactos de Estado que el candidato popular quiere sacar adelante en esta legislatura. Los siete primeros: inversión en infraestructuras, pensiones, reforma de la Justicia, violencia de género, Exteriores/Defensa y Cataluña -más allá de la aplicación de otro 155, control del Estado sobre la gestión de Quim Torra en la Generalitat para evitar ilegalidades-, y Navarra ya se los planteó el líder del PP al presidente del gobierno en funciones en su primera reunión tras las elecciones generales del 28 de abril. Y en la del 26 de junio, añadió esa reforma electoral, además de un Pacto Educativo y otro por el Agua.
El problema es que la decisión del PSN de frustrar la elección del candidato de Navarra Suma, Javier Esparza, el más votado el 26M, para que sea presidenta del Gobierno Foral María Chivite con la abstención de Bildu va a enrarecer esa relación entre Sánchez y Casado que pasa por ser fluida, admiten ambas partes. De hecho, el líder popular le propuso el voto de los dos diputados de UPN en el Congreso a favor de su investidura -no solo la abstención- si el PSN dejaba gobernar a Esparza.
El PSOE acaba de pactar con Geroa Bai, Podemos e Izquierda Unida. Ahora solo falta BILDU.
¿Seguirá preguntando Sánchez que por qué no nos abstenemos? Simple. Para nosotros el constitucionalismo es más importante que los votos para seguir siendo presidente.https://t.co/J6vkDqbXng— Partido Popular (@ppopular) July 5, 2019
Lo que sí ha dicho el presidente del PP es que, no estando dispuesto a abstenerse en la investidura de Sánchez, sí lo está para dar "estabilidad" a la legislatura. Una actutud muy distante de la que mantiene el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que no va a ir a la cita con Sánchez en la Moncloa el martes 9 -"no tengo nada más que hablar con él"-, como sí lo van a hacer Casado y Pablo Iglesias.