La dificultad que hay en las encuestas para ofrecer un mapa de resultados creíble el 10-N no oculta la preocupación del PSOE. Los sondeos no acompañan y los 123 diputados de abril están en riesgo.
La victoria de Pedro Sánchez parece segura, pero la mayoría que hizo imposible otra alternativa a su Gobierno depende en buena parte de los resultados que obtenga en comunidades como Cataluña, Andalucía y Castilla-La Mancha. En estas tres autonomías sumó 45 escaños, más de un tercio de todos sus diputados.
A cuatro días de las elecciones, Sánchez trata de recuperar terreno, pero no está encontrando demasiado margen de crecimiento en las circunscripciones que más diputados otorgan.
Madrid es uno de los ejemplos. El PSOE obtuvo 11 de los 37 escaños en juego el 28-A en esta comunidad. La nueva candidatura de Íñigo Errejón hace casi imposible que Sánchez pueda crecer ahí. Lo mismo ocurre en Aragón, donde la irrupción de Teruel Existe ha cortocircuitado sus opciones de engordar el botín de escaños.
La incógnita de Cataluña
Sánchez se juega buena parte de sus opciones el 10-N en Cataluña. La reacción del electorado a los disturbios y la sentencia a los líderes del proceso separatista es un incógnita. El PSC fue la segunda fuerza más votada en abril con 12 escaños. Antes de la condena, el PSOE manejaba encuestas que le daban la victoria en Cataluña en las generales.
Sánchez pone en juego un gran resultado en abril por su actuación de estos días en Cataluña. Las imágenes de violencia se han mezclado con anuncios sorprendentes e inesperados, como la de recuperar el delito de la convocatoria de referendos ilegales en el Código Penal. Al mismo tiempo, el presidente del Gobierno se ha negado a cerrar la puerta a los pactos con el independentismo después de las elecciones.
Andalucía es otra de las comunidades clave para Sánchez. La victoria del PSOE en las generales después de haber perdido la Junta fue rotunda. El jefe del Ejecutivo obtuvo 24 diputados, dos escaños más que la suma de Ciudadanos y PP que se repartieron 11 cada uno.
Sánchez arrancó la campaña electoral en Sevilla, al igual que en abril. También lo hizo el líder del PP, Pablo Casado, sabedor de la importancia de Andalucía en la actual contienda. Mientras que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, empezó en Cádiz.
Primer triunfo en 26 años en C-LM
Otro de las comunidades que medirán cómo ha funcionado la repetición electoral para Sánchez es Castilla-La Mancha. El PSOE ganó unas generales en esta comunidad por primera vez en 26 años. Sánchez cosechó nueve diputados.
Será difícil que el PSOE pueda superar estos registros y el temor es que pueda caer. A pesar de la solidez del mandato de Emiliano García Page, que gobierna con mayoría absoluta, el PP ha sido el ganador en generales en las últimas dos décadas. Y es un riesgo para el resultado global de Sánchez.