La 'equidistancia' de Podemos en la crisis catalana le ha hecho perder votos según los últimos barómetros del CIS. Ahora bien, a juicio del electorado, una cosa parece ser la equidistancia entre la legalidad y la ilegalidad (dicotomía que para muchos convierte la referida equidistancia en algo paradójicamente radical) y otra, muy distinta, cuando atañe a un ámbito estrictamente político.
"Pf, el centro no existe, es una invención" rezan algunos de los comentarios que suelen verse en las 'polarizadas' redes sociales e incluso al pie de artículos de este medio. A la hora de la verdad, sin embargo, y aún con las elecciones catalanas todavía como piedra de toque de la vida política, si algo ha dejado claro el último barómetro del CIS es que el centro, el punto medio, como posición ciudadana sí que existe y seguirá existiendo.
"En el centro es donde se deciden las elecciones, la cosa estará entre el PP, PSOE y Cs", ha apuntado a Vozpópuli Rafael Sánchez, autor de ‘El control audiovisual de las campañas electorales’ y miembro de la Asociación de Comunicación Política. Los datos del último barómetro parecen avalarle. En una escala del 1 (izquierda) al 10 (derecha), el 20,9% de los españoles se sitúa en el 5, el centro absoluto. La izquierda 'representa' al 36,1% y la derecha, al 25,3% (cifras que, por cierto, apenas han variado desde los últimos comicios) por lo que aunque un partido fuese capaz de representar a todo un espectro ideológico, probablemente no le bastaría con eso para gobernar: tendría que apelar a los votantes de centro y/o indecisos (un 11,1% no sabe contestar a la pregunta de las ideologías y un 5,7% no se posiciona), evitando en principio 'radicalizarse'.
PSOE y Cs encabezan la pelea por el centro
De lo anterior parece haber tomado nota ya, por ejemplo, el PSOE. Tal y como se ha recogido en este medio, la estrategia de 'apoyo al 155' de Sánchez ante la crisis catalana respondió en buena medida al objetivo de no perder a sus votantes en el centro (e incluso en la centro derecha), estrategia que parece haber surtido su efecto, como ya adelantaban expertos consultados también por este medio. Lo complicado de su situación reside ahora, probablamente, en mantener ese voto y seguir creciendo en simultáneo en su otra vía ideológica de expansión, el espectro más izquierdista de votantes que se han alineado principalmente con Podemos.
El partido de Iglesias parece estar acusando los efectos de una mayor imagen de radicalidad, hasta el punto de que en el último barómetro el partido es considerado como la izquierda más extrema por el 35% frente al 28% que lo hacía en enero de 2016, cuando el partido sumaba el 21,9% de votos frente al 19% actual.
Algo más reñida está la pelea por el centro 'en el lado derecho' entre el PP y Cs, aunque el 'efervescente' y joven partido de Rivera, erigido ya en "Macron" para el experto electoral Jaime Miquel, parece tener consolidada una posición 'céntrica', por delante de los populares, desde la que ha empezado a crecer en votos. Su desafío pasa por 'aprovechar' el envión catalán para consolidar la recogida a un tiempo de votos en la derecha y algunos incluso en la centro izquierda (respecto al 26J, Cs se ha hecho ya con un 15% de los votantes del PP, 5% del PSOE y 5% de Podemos) sin perder el centrismo ni caer, a ojos del votante, en el mero oportunismo.
En contrapartida, el PP, 'encomendado' al argumento económico y a los pensionistas, parece ya, en palabras de Miquel y del analista Ricardo Chamorro, "estancado" en votos e incluso "en declive", resistiendo como 'el partido de los mayores de 55 años', un partido "conservador, anticuado (al menos en las formas y, por tanto, la imagen) y funcionarial en el que, pese a los golpes de la corrupción, nadie discute a Rajoy y no se debaten ideas" y al que el 21% de los votantes sitúan en la derecha más extrema, frente al 8,5% que piensa lo mismo de Cs.