Política

Ciudadanos vuelve a unirse tras las confesiones de Igea, Bal y Mesquida

El vicepresidente de Castilla y León se alegra de haber perdido en las primarias con Arrimadas al ver el apoyo de su partido a Sánchez. Mesquida revela que sufre un cáncer desde hace un mes y Bal supera poco a poco el coronavirus en su domicilio 

  • Inés Arrimadas y Francisco Igea antes del proceso de primarias de Cs.

Ciudadanos vive estos últimos días una especie de paz interior que parece haber cerrado las heridas que dejó el proceso de primarias. Primero vino este sábado la confesión de Francisco Igea, diciendo que se alegraba de haber perdido contra Inés Arrimadas tras ver cómo Cs respaldaba sin matices el estado de alarma que proponía Pedro Sánchez.

A sus palabras le han seguido en las últimas horas el anuncio de Joan Mesquida de que sufre cáncer desde hace un mes y el hecho de que Edmundo Bal esté pasando en su casa con toda probabilidad el Covid-19 ya que tiene fiebre y fuerte tos, aunque no ha requerido una hospitalización.

El vicepresidente de Castilla y León sorprendió a última hora del sábado cuando lanzó un mensaje en su cuenta de Twitter, en el que decía alegrarse por haber sucumbido ante Arrimadas en las primarias de hace una semana al demostrar la nueva presidenta de Cs su “sentido de estado” en la crisis del coronavirus.

Un mensaje conciliador que rápidamente fue retuiteado por dirigentes de Ciudadanos de ambos bandos enfrentados por la presidencia del partido liberal. Tras la confesión de Igea llegó la de Mesquida, quien desveló que está siendo tratado de un cáncer en un hospital de Mallorca. "Os puedo decir que los aplausos de ayer a los profesionales sanitarios los multiplico por infinito", dijo un emocionado Mesquida.

Edmundo Bal

Ciudadanos vive también pendiente de Bal, quien el viernes se levantó con todos los síntomas del Covid-19: fiebre, dolor de cabeza, tos seca y sensación de cansancio. Por la tarde se puso en contacto con las autoridades sanitarias, que le recomendaron encerrarse en casa.

Poco a poco ha ido mejorando su situación médica. Bal vive recluido en su casa "con guantes y tosiendo en el codo", según explica a Vozpópuli. No le han hecho el test del coronavirus ni tampoco lo necesita, pues cada día que pasa se siente mejor. "Prefiero que lo dediquen a quien le hace falta de verdad", subraya.

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