Ada Colau lo tiene claro. Todos los votos cuentan para llegar a revalidar la alcaldía. Los sectores internos críticos, tanto soberanistas como izquierdistas, podrán pelear pero la dirección de Barcelona en Comú no tiene dudas. Buscarán el diálogo con el PSC y aceptarán de los votos prestados de Manuel Valls. La estrategia está blindada y tiene incluso el visto bueno de Jaume Asens, hombre fuerte de Colau en Madrid, y cabeza de puente de Pablo Iglesias en los asuntos catalanes.
La estrategia de Colau es muy simple: “Si gobierna ERC, vamos a implosionar, y lo mismo pasa si vamos a la oposición. La solución es que Colau sea alcaldesa con los votos de quien sea. Si no, nos quedamos sin partido”, resumen fuentes de la dirección de Catalunya en Comú a Vozpópuli. De hecho, fuentes de la marca catalana de Podemos aseguran que ya han habido “contactos” con el equipo del socialista Jaume Collboni. El esquema que se baraja es una coalición, aunque Colau intentará hasta el último minuto gobernar en minoría.
A lo largo de los últimos días los sectores más soberanistas han advertido de que no consentirán pactos con el PSC (“el partido del 155”) y aún menos con Ciudadanos. Pero son amenazas con poco recorrido. La regidora de la ciudad condal está decidida en ignorar esos gritos. Y lo mismo podría ocurrir con los del grupo más izquierdista y federalista, reacios a pactar con ERC o los independentistas de Junts pel Cat.
Bendición de Iglesias
El planteamiento de diálogo con el PSC y la aceptación de tres concejales de la lista de Valls (dividido entre Ciudadanos y los afines al francés) ya está aceptado. La cúpula madrileña de los morados está de acuerdo. Colau tiene el apoyo de Asens, su ex número dos y hombre de confianza de Iglesias. El líder de Podemos está pasando por su mayor crisis después del batacazo en las elecciones del pasado domingo y necesita salvar al menos su fortín catalán.
Los autodenominados Ayuntamientos “del cambio” se han borrado del mapa. Iglesias ha perdido el control de sus consistorios: desde La Coruña hasta Madrid. Solo queda Cádiz, pero está en las manos del díscolo José María González Kichi. Y Barcelona es el único lugar relevante donde Colau tiene posibilidades de revalidar el control del gobierno local. Así que la regidora tiene la bendición de Iglesias.
Lista de fieles a Colau
De esta manera, si el PP sentaría las bases de su remontada nacional en Madrid, Iglesias quiere hacer lo mismo en Barcelona y en los gobiernos de coalición en Valencia y las Islas Baleares: en ambos casos con la complicidad socialista. Y por siguiente insistir en buscar una alianza con Sánchez para evitar perder el control de su partido.
La aritmética le sonríe a Colau. Barcelona en Comú con 10 ediles llegaría a la mayoría gracias a la suma de los ocho concejales socialistas y la abstención de la mitad del grupo liderado por Valls. Ciudadanos ocupa el 50% de los primeros puestos de la plataforma de Valls , pero los dos controlados por el cabeza de lista ya han manifestado su disponibilidad a ofrecer un apoyo externo para evitar que los independentistas se hagan con el control de la ciudad condal
“La primera elección de Colau es gobernar en minoría, y luego ver”, añaden fuentes de Barcelona en Comú. Pero también reconocen que el pragmatismo domina sobre la estrategia. “Es importante revalidar el Ayuntamiento para llevar adelante las políticas implementadas en estos años”, agregan. Y recuerdan en tono crítico: “Barcelona en Comú no es un partido como tal. Es una lista que debe su fidelidad a Colau, hecho por amigos y cuadros de su cuerda que tienen como prioridad un solo plan: hacer que Ada repita como alcaldesa”.