Juan Carlos I abandonará la actividad pública el próximo domingo y a sus 81 años podrá llevar la vida que desee como cualquier jubilado de este país. Eso sí, con la salvedad de que no tendrá derecho a una pensión pública por sus años de servicio al país ya que nunca ha cotizado a la Seguridad Social.
Esto se debe a que los miembros de la Familia Real son un caso especial: no son considerados como trabajadores por cuenta propia o ajena, ni tampoco como autónomos, sino que perciben su asignación en doce pagas mensuales que solo están sujetas al IRPF.
En el pasado se han dado casos de miembros de la Familia Real que sí que han cotizado a la Seguridad Social ya que tenían otro trabajo al margen de su actividad oficial. Era el caso de las infantas Elena y Cristina cuando compaginaban sus trabajos en Mapfre y La Caixa con los actos de representación, pero ya no forman parte de la Familia Real y ahora no reciben una asignación específica de la Jefatura del Estado.
Además, la reina Letizia guarda el código numérico de 11 dígitos que la Tesorería General de la Seguridad Social asigna a cada empleadores cuando se inscribe por primera vez en el sistema, pero desde que se convirtió en Princesa de Asturias dejó de cotizar al sistema público de pensiones.
Deducciones del IRPF
Así las cosas, en la nómina de cada mes de los actuales Reyes y de los Reyes eméritos sólo aparece la deducción del IRPF. Y ahí los impuestos son para echarse la mano al bolsillo ya que los sueldos de los miembros de la Familia Real están en el tramo más alto de Hacienda. Por ejemplo, las asignaciones en 2018 fueron las siguientes: Felipe VI percibió 242.769 euros brutos, la reina Letizia un total de 133.530 euros, el rey Juan Carlos 194.232 euros, mientras que la reina Sofía recibió 109.260 euros brutos.
Cada miembro de la Familia Real hará la declaración de la renta de este año con estos datos y las retenciones que sirven para calcular su salario mensual neto quedarán en el 45% en los cuatro casos ya que superan el umbral de los 60.000 euros.
Si los presupuestos pactados por PSOE y Podemos hubieran salido adelante en febrero, a don Felipe, don Juan Carlos y doña Letizia les hubiera salido a pagar algo más ya que ambos partidos habían pactado que aquellos contribuyentes que ganasen más de 130.000 euros al año tributasen a un tipo máximo del 47%.
Sin tarjeta sanitaria
El hecho de que los miembros de la Familia Real no coticen a la Seguridad Social tiene otra particularidad: los Reyes, sus hijas y los Reyes eméritos no están cubiertos por la sanidad pública al no contar con tarjeta sanitaria. El sistema actual les cubre la atención universal gratuita como a cualquier ciudadano que entre en Urgencias, pero no los ingresos hospitalarios ni las operaciones quirúrgicas por las que algunos miembros de la Familia Real han tenido que pasar a lo largo de su vida.
Precisamente, las últimas operaciones de cadera realizadas por el doctor Miguel Cabanela a don Juan Carlos en 2013 estuvieron precedidas de cierta polémica política después de que formaciones como Izquierda Unida o el PSOE recomendasen al entonces jefe del Estado que eligiese la sanidad pública.
Lo más lógico es que don Juan Carlos tenga una asignación vitalicia a semejanza de la que tienen los expresidentes del Gobierno
Sin embargo, la elección de la clínica Quirón fue únicamente por motivos profesionales y organizativos, ya que la Casa Real hubiera tenido que pagar la factura de la operación en cualquier caso. Es más, la Zarzuela desveló en 2014, a las pocas semanas de la proclamación de Felipe VI, que las tres intervenciones que sufrió Juan Carlos I a lo largo de 2013, así como las posteriores sesiones de rehabilitación en palacio, costaron un total de 165.189 euros y que el dinero salió de la asignación anual que los presupuestos asignaron a la Casa Real aquel año.
El hecho de que don Juan Carlos abandone la actividad pública plantea la pregunta de si dejará de recibir una asignación anual del Estado. Tanto la infanta Cristina como la infanta Elena se quedaron sin sueldo de la Casa Real cuando dejaron de representar al Rey en actos oficiales.
Con el Rey emérito hay un matiz y es que él seguirá formando parte de la Familia Real, mantendrá la consideración de rey y capitán general de las Fuerzas Armadas en la reserva, así como el estatus jurídico que ha tenido desde su abdicación hace cinco años, cuando quedó aforado ante el Supremo como los parlamentarios y miembros del Gobierno.
Sin cambios este año
Don Juan Carlos ya tiene una asignación concreta para este 2019 -los mismos 194.232 euros brutos de 2018 ya que los presupuestos se prorrogaron- y la Zarzuela no prevé cambios para el actual ejercicio. Además, ha contado en los últimos años con una secretaría de apoyo para la organización de su agenda oficial.
Al dejar de desarrollar actos oficiales, los recursos humanos y presupuestarios que dispone Juan Carlos I podrían modificarse, aunque por ahora no se ha tomado ninguna medida al respecto. La última palabra la tendrá su hijo, Felipe VI, que es el que administra "libremente" el presupuesto de la Casa Real y su padre seguirá siendo miembro de la Familia Real.
Por ello, lo más lógico es que el Rey emérito tenga una asignación vitalicia, aunque de menor cuantía que la actual, a semejanza de la que tienen los expresidentes del Gobierno cuando dejan la Moncloa.