Una vez elegido el secretario general, el PSOE votará en su 39 Congreso, a mediados de junio, la dirección que elija Pedro Sánchez y su proyecto político, que llega a este cónclave con enmiendas a la ponencia que en los últimos meses preparó la Gestora. Tras su contundente victoria en las primarias, que le ha llevado a hacerse con la mayoría de los delegados que votarán ese fin de semana, su programa tiene la fuerza para imponerse al que había asumido Susana Díaz. Lo saben también los derrotados en las urnas que, pese a que tienen asumido que no podrán plantar batalla, están dando la voz de alarma sobre asuntos que les preocupan.
Y cuando se habla del documento que acompaña a Pedro Sánchez en Ferraz -un paquete de 84 enmiendas al documento que coordinaron Eduardo Madina y José Carlos Díez- muchos interlocutores señalan directamente a un aspecto que ha ocupado pocos titulares pero que a los socialistas les alarma: las primarias abiertas para la elección de candidatos a las alcaldías, con independencia del tamaño del municipio.
Esto quiere decir que, además de los militantes, cualquier simpatizante que se inscriba en un registro previo podrá votar para elegir a los candidatos municipales del PSOE, sea para pueblos de 500 habitantes o ciudades de 500.000. Y en algunos sectores del partido se llevan las manos a la cabeza porque creen que "desde ámbitos ajenos" a la organización se podrá interferir en la elección.
Es decir, alertan de que otras formaciones políticas podrán intervenir y mover a masas de votantes que pueden falsear la voluntad de los socialistas en función de otros intereses. Un riesgo que ven más posible en pequeños y medianos municipios y, especialmente, en aquellos con intereses geopolíticos particulares. De hecho, el riesgo no sólo es que el PP o Podemos muevan votos, sino que influyan intereses empresariales, dicen.
La propuesta de Pedro Sánchez va en la línea de su compromiso de "devolver el PSOE a la militancia". Desde que anunció su vuelta para intentar recuperar la Secretaría General, ha defendido que los afiliados deben tener más voz en la organización y, por eso, el capítulo orgánico ha sido uno de los asuntos clave de su proyecto, que han coordinado el sociólogo José Félix Tezanos (en la parte política) y Manuel Escudero (en la económica).
Temen que desde otras organizaciones políticas se interfiera con facilidad en sus procesos internos, moviendo masas de votantes
Eso sí, con independencia de lo que surja de los debates del 39 Congreso, su modelo de partido no se cerrará hasta después de verano, cuando tiene previsto celebrar una Conferencia de Organización y Estatutos, que también estaba en los planes de la Gestora. Por eso, la ponencia de la dirección provisional sólo había esbozado unos principios generales, en los que, eso sí, ya se vislumbraba un camino diferente al que ahora quiere tomar Pedro Sánchez.
El ahora ya secretario general sí había especificado sus propuestas, entre las que a finales de la campaña también incorporó algunas de su contrincante, Patxi López, como la introducción de la segunda vuelta en las primarias. Además, quiere que se limiten, por arriba y por abajo, los avales con los que los aspirantes se convierten en candidatos.
Pero lo más destacado de su modelo orgánico son los cambios en la regulación de las consultas y de las primarias. Pedro Sánchez quiere que sean los militantes los que elijan a sus líderes y también los que los remuevan. Por eso, establece que sean los afiliados los que con su voto ratifiquen las mociones de censura a un secretario general. Es decir, que el Comité Federal podrá reprobarlo, pero serán los militantes los que tengan la última palabra.
Por lo que se refiere a las primarias, el secretario general quiere introducir las primarias abiertas para la elección de los candidatos a la presidencia de los Gobiernos de España y las comunidades autónomas, a las alcaldías y a la cabecera de lista al Parlamento europeo. Es decir, que los elegirán los afiliados y todos aquellos simpatizantes que se inscriban previamente en un censo.
Sánchez quiere introducir las primarias abiertas para la elección de los candidatos a la presidencia de los Gobiernos de España y las comunidades autónomas, a las alcaldías y a la cabecera de lista al Parlamento europeo
Las primarias abiertas a la ciudadanía para elegir al candidato a La Moncloa llegaron al PSOE con Alfredo Pérez Rubalcaba y hasta ahora no se han puesto en práctica. Se aprobaron en el 38 Congreso, en febrero de 2012, y fue la primera vez que este modelo de elección llegó a sus Estatutos. Después, en junio de 2014, la petición de uno de los aspirantes a la Secretaría General del PSOE, Eduardo Madina, introdujo las primarias para elegir al líder del partido. En este caso, en la consulta sólo pueden participar los afiliados.
Los Estatutos que están vigentes ahora en el PSOE estipulan que las primarias abiertas se ponen en marcha de manera automática para elegir al candidato a La Moncloa. Para los candidatos a las presidencias de gobiernos autonómicos, se prevén las primarias sólo con militantes, aunque el Comité Federal podrá aprobar que sean abiertas si una federación lo solicita, como ocurrió con la valenciana para el proceso de marzo de 2014, en el que Ximo Puig ganó en un proceso que fue un éxito de participación.
Y para las alcaldías, permite que se hagan primarias sólo entre militantes y para municipios de más de 20.000 habitantes. Ahora, Pedro Sánchez quiere que sean abiertas en todos los procesos y en los locales, sin importar el tamaño.
La preocupación es compartida en muchos sectores del PSOE, ajenos a su círculo más próximo. De hecho, aseguran que este asunto formará parte de las enmiendas que desde algunas agrupaciones se llevarán al 39 Congreso, porque quieren que esté presente en el debate político. Con todo, admiten que la batalla en el partido acabó el 21 de mayo y Pedro Sánchez sacará adelante la dirección y el proyecto que desee.