Carles Puigdemont estaba obsesionado con internacionalizar el 'procés' para, de este modo, recibir apoyos externos a sus planes para conseguir la independencia de Cataluña. Un empeño saldado con un auténtico fracaso. En ocasiones, hasta con un sonoro ridículo. Para ello potenció el llamado Diplocat, una entidad público-privada, con más de dos millones de presupuestos, que el Gobierno central ha dado este viernes orden de liquidación en base al artículo 155.
Diplocat, que funcionaba en la órbita de la consejería de Exteriores, dirigida por Raúl Romeva, ahora candidato de ERC tras pasar por prisión, organizaba iniciativas de propaganda del 'procés' con muy escaso éxito, a la vista de la respuesta de los principales países de nuestro entorno a la proclamación de la república en la agitada sesión del Parlament del pasado 27 de octubre. Catorce personas trabajaban en este consorcio, que organizaba visitas, reuniones y congresos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, sobre la futura indepedencia catalana. La entidad estaba dirigida por Albert Royo, quien ya fue cesado en su cargo nada más ponerse en marcha la aplicación del 155. Ahora de ha dado la orden de la liquidación del ente, una medida que venía reclamando Ciudadanos con insistencia.
Embajadores muy especiales
Junto a Diplocat, Puigdemont también impulsó la creación de 'embajadas' en el exterior. De este modo, durante el bienio de su mandato al frente de la Generalitat, el número de legaciones catalanas pasó de cinco a quince, con un presupuesto de en torno a siete millones de euros. El plan era redondear la cincuentena a la vuelta de dos años.
Una de las últimas 'embajadas' en entrar en funcionamiento fue la de Copenhague ,al frente de la cual se nombró, sin oposición ni concurso público, a Francesca Guardiola, hermana del famoso futbolista del FC Barcelona, Josep Guardiola, quien se exhibe por los campos de fútbol británico con un lazo amarillo en el pecho. Esta oficina, que abrió sus puertas en marzo en un triste y raquítico acto en el que Carles Puigdemont tan sólo estuvo acompañado por algunos catalanes residentes en el lugar y ni un sólo representante político danés, iba a ocuparse de difundir la 'desconexión' por los países nórdicos.
Francesca fue cesada al frente de esta oficina a finales de octubre, una vez puesto en marcha el 155. La misma suerte corrieron el resto de sus compañeros de funciones, salvo algunos casos, como Bruselas, donde el jefe de la delegación, Amadeu Altafaj, optó por presentar su dimisión. El calendario del Gobierno central estima que el 31 de diciembre se hayan solventado ya el cierre de locales y la rescisión de los contratos de alquiler.
Bermúdez de Castro, el secretario de Estado responsable de la administración del 155, aseguró hace unos días en el Senado que se había ofrecido la posibilidad de recolocar a los 33 trabajadores adscritos a estas delegaciones pero que el secretario general de la consejería de Exteriores, Alejandro Villatoro, de ERC, no había dado respuesta.
La hermana de Guardiola, que cobraba en torno a 85.000 euros anuales por su cometido, parece que no tendrá problemas laborales en el futuro ya que ha solicitado su readmisión como funcionaria en el Parlamento catalán, según fuentes soberanistas consultadas. Francesca Guardiola había ocupado el puesto de directora general de Exteriores, cargo del que fue cesada tras la decisión del Tribunal Constitucional de paralizar la actividad diplomática de la Generalitat. De ahí saltó a la embajada danesa en la que apenas ha estado ocho meses, sin que se conozca actividad reseñable alguna. Otro aspecto de la ridícula internacionalización del 'procés'.