Política

Un diputado de Podemos acusa a De Quinto de aceptar botellas de vino como "soborno"

"Cuando gentuza como tu me insulta, abro una botella de Quinta do Vale Meao, me sirvo una copa, y pienso en lo afortunado que soy por no parecerme a ti", contestó De Quinto en su cuenta de Twitter

  • Marcos De Quinto

El diputado de Ciudadanos Marcos de Quinto, que fue número dos de Albert Rivera en las últimas elecciones generales por Madrid, se ha jactado en las redes sociales de las botellas de vino que le regalan y un diputado de Galicia en Común le ha replicado hablando de "sobornos" y de "prevaricación".

Marcos De Quinto, que fue vicepresidente mundial de Coca Cola y cuenta con el mayor patrimonio declarado en el Congreso, ya mencionó hace dos meses el vino portugués de Quinta do Vale Meao para responder a las críticas del exdiputado convergente Ignasi Guardans, que reprochaba a Ciudadanos su ruptura con Manuel Valls: "Cuando gentuza como tu me insulta, abro una botella de Quinta do Vale Meao, me sirvo una copa, y pienso en lo afortunado que soy por no parecerme a ti", le soltó en Twitter.

Aquel comentario abrió una polémica y en las redes se puso de manifiesto la exclusividad de la bodega portuguesa y se recordó el elevado precio de ese vino, con botellas que pueden llegar a los 300 euros.

Unos cien euros por botella

El parlamentario de Ciudadanos, que entró en la dirección del partido tras la crisis abierta por la marcha de Toni Roldán, ha vuelto a sacar a la luz ese vino, esta vez para presumir de las botellas que le regalan, cada una de las cuales tiene un precio en el mercado que ronda o supera los cien euros.

"Muy agradecido a Quinta de Vale Meao por enviarme una botella de cada una de las últimas añadas de mi vino favorito... y de nuevo: gracias a mis "haters" por ayudarme a promocionarlo", ha ironizado desde su cuenta de Twitter, donde ha publicado una fotografía en la que se ven seis botellas repartidas en dos cajas.

En la misma red social le ha contestado uno de los diputados de Galicia en Común y miembro del grupo de Unidas Podemos, Antón Gómez-Reino, quien considera que la actitud de Marcos de Quinto es una muestra de "oligarquía grosera".

"Quien hace apología de un regalo empresarial vinculado a su cargo público sugiere como lógica la prevaricación, el soborno, el cohecho, la corrupción. Le parecen inherentes a su condición. Y en realidad, su condición, nos avergüenza como sociedad", sostiene el diputado gallego en el 'tuit' recogido por Europa Press.

Los regalos no estaban expresamente prohibidos en el Congreso, pero, desde esta legislatura, los diputados están obligados a declararlos al entrar en vigor el nuevo Código Ético que se redactó en la etapa de Ana Pastor a instancias del Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO).

Ese código establece que "los diputados se abstendrán de recibir obsequios o beneficios que puedan ser razonablemente percibidos como un intento de influir en su conducta". En el texto sólo son aceptables los regalos de mera cortesía o aquellos personales de amigos y familiares, y los que reciban en viajes oficiales quedarán en manos de la Cámara.

Evitar conflictos de interés

Según el texto de la norma, recogido por Europa Press, los diputados no sólo deben presentar las dos declaraciones que ya se exigen al acreditarse en el Congreso, una sobre bienes y patrimonio y otra de actividades, sino que tendrán que adjuntar una tercera declaración de "intereses económicos".

En ese escrito, que habrá de ser público en la web del Congreso al igual que las otras dos declaraciones, los diputados deberán detallar las actividades privadas que le han generado rendimiento económico en el pasado, incluyendo el periodo, el nombre del empleador y el sector en el que se ha operado, así como las donaciones, obsequios no remunerados, incluyendo viajes e invitaciones a actividades deportivas y culturales, que pudieran reflejar algún tipo de interés económico.

Y es que se considera que "los diputados deberán tomar todas las medidas necesarias para evitar la existencia de un conflicto de intereses" que pueda "poner en duda su objetividad e independencia". Es más, si no se puede resolver ese conflicto de interés, se deberá comunicar antes del debate y votación del punto que le afecte, lo que abre la puerta a su inhibición.

El Congreso debe crear un órgano de vigilancia

El nuevo Congreso debe creará una Oficina de Conflicto de Intereses dirigida por un letrado para asesorar a sus señorías y a la Mesa de la Cámara sobre la aplicación del Código de Conducta y para hacer comprobaciones de las declaraciones presentadas por los parlamentarios.

Eso sí, este nuevo órgano no investigará a sus señorías, sino que esa labor seguirá estando residenciada en la Comisión del Estatuto del Diputado que contempla el Reglamento y de la que forman parte un miembro de cada grupo parlamentario. Esa investigación se iniciará por decisión del presidente del Congreso, motu proprio o a instancias de otro diputado.

El Código de Conducta no contempla expresamente sanciones para quienes lo incumplan, pero se remite a las previstas en el Reglamento del Congreso, que es la norma de rango superior.

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