Nadie se atreve a hacer con seguridad un pronóstico de lo que ocurrirá el próximo domingo y de las consecuencias que tendrá. Eso sí, los socialistas creen que ese día habrá urnas y el procés no se detendrá, aunque ese referéndum ilegal no tenga ningún elemento que le otorgue la legitimidad que se arrogan los independentistas. A partir de aquí se abre un abanico de escenarios, con sus consiguientes respuestas por parte del Estado. El PSOE no se ha movido de su apoyo al Gobierno y, aunque con algunas discrepancias, a la Justicia, pero empiezan a surgir dudas sobre la viabilidad de algunas de las respuestas de las que se está hablando: hay quien apunta que si al 1-O le sigue una proclamación a favor de la independencia sin vinculación jurídica, será complicado ir contra quien así la declare.
Tanto el PSOE como el PSC llevan días diciendo que no descartan para nada que, pase lo que pase el domingo, el siguiente paso sea la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), es decir, un acto de secesión inmediata. Y, de hecho, los líderes de ambos partidos, Pedro Sánchez y Miquel Iceta, han dirigido sus dardos a Podemos y los comunes para avisar de que, si esto ocurre, ellos serán "responsables" por haber llamado a la movilización. Detrás de estos mensajes alertando de esa ruptura total y veloz puede haber precisamente un esfuerzo de los socialistas para disuadir a quienes quieren votar por el no.
Pero al hecho de que no se aclara quién puede asumir esa proclamación, si el Parlament o el Govern, algunas fuentes socialistas señalan la posibilidad de que tras el 1-O lo que haya sea un "pronunciamiento político" por la independencia, en el que, más que anunciar la autodeterminación inmediata, se recoja el resultado de su consulta ilegítima y se abra un proceso de transición, en el que está poniendo ahora el foco un sector del PDCaT, que descarta de plano la DUI.
Y, en ese caso, hay dudas sobre la respuesta del Estado. Según estas fuentes, si se trata de un mero pronunciamiento será difícil que actúe el Tribunal Constitucional, a quien algunos estaban apuntando para una inhabilitación del presidente Carles Puigdemont, si esa noche, o cualquier otro día, proclama la independencia desde el balcón de la Generalitat. Si no es un acto del Govern, con su firma y su pretendida vinculación jurídica, la Justicia no puede actuar, señalan, y la vía penal también es complicada.
Y lo mismo ocurre si se trata de una declaración del Parlament sin los efectos jurídicos que conlleva un debate y votación, como ocurrió con las leyes recurridas y ya anuladas por el Constitucional. De la misma manera, un pronunciamiento sin efectos, más allá de la expresión política, puede tener nulo recorrido y ningún enganche para ser denunciado.
Un pronunciamiento sin efectos, más allá de la expresión política, puede tener nulo recorrido y ningún enganche para ser denunciado
Sin embargo, no todos comparten esta interpretación: otras fuentes del PSOE no tienen ninguna duda de que si hay proclamación de la independencia, ya sea desde el balcón de la Generalitat -lo que Iceta ha definido, con sorna, como balconing- o desde el Parlament, habrá respuesta. Y puede llegar a la inhabilitación para Puigdemont e incluso a su detención si se niega a aceptarla.
Lo que también está claro es que los socialistas prefieren ponerse en escenarios más light, en lugar de una situación de ruptura total y respuesta inmediata y firme del Estado. Y que preocupa que el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, vaya un paso por delante del Gobierno. Sus actuaciones, y sus palabras, cada vez gustan menos a PSOE y PSC.
Llegados a este punto, los socialistas fían todo a que tras el 1-O se pueda abrir la vía del diálogo y, para ello, hay quien apunta que convendría que aquellos que tendrán que sentarse en la mesa a negociar no tengan muchas cuentas pendientes con la Justicia. Algo viable con ese escenario light.
Y esto, señalan, no le interesa sólo a ellos. Para empezar porque ya están viendo disensiones en el bloque independentista, con una parte del PDCaT descartando la Declaración Unilateral de Independencia y hablando de un periodo deliberativo de seis meses, idóneo para las negociaciones. Aunque para que triunfen estas tesis deben superar las presiones de ERC y la CUP, en cuyo círculo ven ahora al president y su entorno.
Pero, además, creen que sin una declaración unilateral de independencia de consecuencias inmediatas se abriría la vía para el diálogo que ya puede iniciar formalmente el Gobierno pasado el 1-O. Que una vez superada esa fecha, llegue el tiempo de la política.