La decisión de Mariano Rajoy de convocar para el 21-D las elecciones catalanas no fue compartida por todos los miembros de su Gobierno, de acuerdo con algunas versiones. Varios ministros consideraron que apenas había tiempo entre la aplicación del 155 y la cita electoral. "No se habrá normalizado la situación, los procesos judiciales estarán aún en sus primeros pasos y apenas habrá oportunidad para transmitir la idea de que el golpe ha sido una catástrofe para Cataluña", se escucha ahora en estos círculos.
Emergen ahora, en privado, algunas críticas sobre esta decisión de Rajoy, que puede acarrear un descalabro del PP en unos comicios cruciales. Se sacuden culpas y responsabilidades. Y hasta se incurre en el "yo ya dije...". La idea de que las elecciones son prematuras es la más esgrimida en estas fuentes. Algunos miembros del Gabinete le sugirieron a Rajoy que las celebrara junto a las elecciones generales, dentro de seis u ocho meses. Así se lograría un mejor resultado en Cataluña y se consolidaría el poder del PP en toda España. "Habrían sido elecciones generales en clave catalana, y a su debido tiempo, lo que nos beneficiaría en los dos planos", señala una de las fuentes.
Un Parlament en activo
Rajoy optó por el actual calendario, el de convocar para el 21-D, pese a que tampoco le entusiasmaba, ante la exigencia del PSOE y de Ciudadanos. En Europa tampoco agradaba demasiado la idea de un 155 muy prolongado. Había otro factor determinante: si no se fijaban los comicios, el Parlament no se habría disuelto, por lo que habría un Gobierno en Madrid ejerciendo de ejecutivo catalán y una Cámara en pleno funcionamiento y dinamitando todas las resoluciones emanadas desde Moncloa.
Los resultados que vaticinan las encuestas favorecen claramente a Ciudadanos, pero tampoco desarbolan decididamente al frente separatista, que apenas notará una caída en sus apoyos. Habrá como mucho un trasvase de votos entre la plataforma de Puigdemont y el partido de Junqueras.
"Esto no va a funcionar, y será el PP el más perjudicado", apuntan ahora en este sector, donde ya se percibe una crítica creciente a la forma en la que el presidente ha conducido la salida de la crisis catalana, "muy influido por Sáenz de Santamaría", señalan esta fuente. El candidato del PP catalán, García Albiol, siempre se mostró partidario de convocar elecciones a la vuelta de seis meses. Varios barones del partido también se decantaban de esta opción.
La suerte ya está echada. Las críticas hacia esta decisión del presidente del Gobierno, quizás inevitable, según algunos, empiezan a palparse en algunos ámbitos de la formación conservadora. Irán en aumento si el resultado del 21-D es tan negativo como ya proclaman las encuestas. En Moncloa, sin embargo, se confía en el 'voto oculto' y que la derrota de los secesionistas justifique plenamente la opción elegida para la fecha electoral.