El Gobierno de Pedro Sánchez analiza las consecuencias que tendría un ataque militar de la Administración Trump contra el régimen iraní ya que la fragata 'Méndez Núñez' (F-104) se unió el mes pasado a la escolta naval del portaaviones ‘Abraham Lincoln’ que va camino del Golfo Pérsico.
En este sentido, el Ejecutivo retiraría el buque español del teatro de operaciones si hubiese un escenario bélico, según explicó la ministra de Defensa, Margarita Robles, a Vozpópuli tras recoger su acreditación como diputada electa en el Congreso. "No participaríamos en ningún caso en una agresión militar", dejó claro a este medio antes de subrayar que tal posibilidad en la menos probable en estos momentos.
Esta misión de cooperación entre la Armada española y estadounidense está previsto que dure siete meses tras un acuerdo de Consejo de Ministros de diciembre del año pasado, en el que se autorizó tal cometido en virtud del Convenio de Cooperación para la Defensa que Madrid y Washington firmaron en 2015.
Fuentes del Ministerio de Defensa subrayaron a Vozpópuli que la fragata continuará realizando “los mismos cometidos de adiestramiento avanzado” dentro de su integración en el llamado grupo de combate del ‘Abraham Lincoln’. Es decir, mientras las condiciones no cambien.
Si esa misión evolucionara, España tendría toda la capacidad para retirar esa fragata del grupo de combate del ‘Abraham Lincoln’
Pero un ataque militar desde el portaaviones sería un nuevo escenario no previsto en el acuerdo sobre la cesión de la ‘Méndez Núñez’, por lo que España retiraría a la fragata del teatro de operaciones, en este caso el Golfo Pérsico.
“Si esa misión evolucionara, el Gobierno español tendría toda la capacidad para retirar esa fragata del grupo de combate del ‘Abraham Lincoln’. No es una cesión sin condiciones, en este caso limitadas. No se les da un cheque en blanco” a los estadounidenses, resumió el almirante retirado Ángel Tafalla.
Consecuencias políticas
La eventual retirada de la fragata debería ser adoptada por el Gobierno y ser refrendada en un Consejo de Ministros. Al igual que en 2004 con el regreso de los militares españoles de Irak, una decisión de este tipo tendría consecuencias políticas con la Administración Trump, según admiten fuentes diplomáticas a este diario.
La fragata española tuvo que superar un exigente proceso de evaluación y certificación nacional durante medio año. Luego participó en enero y febrero en un ejercicio de integración con las unidades del grupo de combate en aguas de la costa este de EEUU.
Dicho grupo que escolta al ‘Abraham Lincoln’ lo componen una fuerza intimidatoria formada por tres destructores, un crucero, un buque logístico y un submarino de la Armada estadounidense. El propio portaaviones lleva en sus hangares 85 aviones de combate con los cazas F-18 como punta de lanza.
En lo que concierne a la ‘Méndez Núñez’, que tiene una dotación de 215 marinos, el plan previsto es que circunnavegue el globo antes de su regreso a la base de Ferrol tras pasar por el Mediterráneo, el Golfo Pérsico, el océano Índico, el mar de China y el Pacífico.
Ataques "inminentes"
La escalada de tensión en Oriente Próximo se ha originado ante la decisión de Irán de dejar de cumplir varios de los compromisos del pacto nuclear. El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, aseguró el martes que su país obtuvo información “muy concreta” de que Irán planeaba “ataques inminentes” contra intereses norteamericanos en suelo iraquí.
Este hecho llevó al jefe de la diplomacia de EE.UU. a cancelar la reunión que tenía prevista el martes con la canciller alemana, Angela Merkel, y a desplazarse con carácter de urgencia a Bagdad, donde se entrevistó con el presidente y el primer ministro iraquíes.
“Mi visita, las acciones tomadas por el Departamento de Defensa, los mensajes que hemos enviado a los iraníes, espero que nos sitúen en una posición en la que podamos impedirlo y que los iraníes se lo pensarán dos veces antes de atacar intereses estadounidenses”, advirtió Pompeo.