Esperanza Aguirre se convirtió, inopinadamente, en uno de los objetivos en el pliego de descargos y reparto de responsabilidades efectuado por Mariano Rajoy en su declaración como testigo por el 'caso Gürtel'. La antigua 'lideresa' está retirada, de verdad, de la política. "De la activa y hasta de la pasiva", comenta uno de sus antiguos colaboradores. "Hoy le habrán pitado los oídos pero no se inmuta", añade.
Aguirre rechaza efectuar, al menos de momento, cualquier tipo de comentario sobre lo sucedido en el galpón de San Fernando de Henares. donde se celebra la vista. Responde con un escueto 'no' al ser preguntada sobre si piensa hacer alguna declaración. "Tengo el periscopio bajado", respondió escuetamente a este periódico. Dimitió como portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento de Madrid al estallar la 'operación Lezo', que llevó a la cárcel a Ignacio González, quien fuera su mano derecha. "No vigilé lo que debía, por eso dimito", señaló en una intensa comparecencia en la que se le escaparon algunas lágrimas.
Rajoy, por contra, no reconoce culpa alguna 'in vigilando'. Este miércoles ante el tribunal, se sacudió todo tipo de posibles culpas y repartió algunas responsabilidades. Especialmente sobre los hombros de Esperanza Aguirre, con quien siempre mantuvo una relación accidentada. Le pasó directamente la pelota al explicar la turbia venta de unos terrenos en Pozuelo y Arganda.
La reunión entre el extesorero Álvaro Lapuerta con Rajoy y Aguirre se ha explicado muchas veces. La versión que ofreció Rajoy al tribunal fue muy clara: "Yo prácticamente no intervine en esta reunión porque desconocía el tema. Como Esperanza Aguirre era presidenta del PP de Madrid, le dije que se ocupara de esos asuntos", despachó el pasaje. "Sería absurdo que yo como presidente tuviera que ocuparme de las decisiones que se toman en 8.000 ayuntamientos".
Aguirre ya ha testificado en dos ocasiones por este episodio. En ambas dijo lo mismo. Ante el instructor, el juez Ruz, por escrito, y en abril de este año ante la sala de la Audiencia. Álvaro Lapuerta convocó el mencionado encuentro con ella y con Rajoy, les informó de estos hechos turbios y Aguirre, que acababa de ser nombrada presidenta del PP de Madrid, actuó en consecuencia. Habló con ambos alcaldes y, en su versión "destapé la trama Gürtel sin saber lo que hacía". Una especie de 'ahí empezó todo'. Rajoy lo sabía, vino a decir Aguirre en sus declaraciones. El presidente del Gobierno ha evitado comentar los pasos que luego dio la entonces líder regional del PP para clarificar el asunto. Quizás los ignoraba. Tan sólo mencionó que le encargó que se ocupara el tema y ahí se olvidó de lo demás.
"Se ha borrado"
Aguirre no siguió por televisión el testimonio del presidente del PP, según comentan en su entorno. Está dedicada a su familia, sus amigos y sus aficiones, como la lectura y el golf. Ha desaparecido de la vida política y social, apenas va a actos, no tiene contacto con los medios, ni siquiera con las redes sociales. "Se ha borrado", señalan las fuentes mencionadas.
Su despedida de la presidencia regional del PP tuvo un prólogo emotivo. En el congreso nacional de febrero, los tres mil asistentes la ovacionaron con fervor durante cinco minutos. Fue el adiós a una de las dirigentes políticas más admiradas y respetadas de su formación. Luego estalló el 'caso Lezo' y se fue a casa. No quiere saber nada de la política, aunque siempre hay algún compañero que le cuenta las principales novedades.