Política

Espinar confía en que las regiones clave voten contra Iglesias para acelerar Vistalegre III

Los críticos quieren forzar una votación en la cumbre del partido del próximo sábado a la que acudirán los dirigentes territoriales

  • Pablo Iglesias y Ramón Espinar en el Congreso de los Diputados.

El futuro de Podemos depende por primera vez de los líderes territoriales. A menudo ninguneados, serán ellos los que el próximo sábado, durante la reunión del órgano de dirección política (el Consejo Ciudadano), podrán forzar una votación que desemboque en un nuevo congreso, donde cuestionar la gestión y el liderazgo de Pablo Iglesias. Los críticos capitaneados por Ramón Espinar mantienen contactos con estos dirigentes, convencidos de que el “malestar” de muchos territorios puede jugar a su favor.

El próximo sábado será una encrucijada para Podemos. Fuentes de Podemos aseguran que la cúpula morada no quiere adelantar el congreso previsto para 2021. Argumentan, además, que en el escenario de diálogo con Pedro Sánchez la petición de los críticos no tiene cabida. Pero temen que la mayoría de dirigentes territoriales se posicionen de manera compacta a favor del Vistalegre III.

El gran golpe sobre la mesa lo dio Espinar el domingo. El exsecretario madrileño de Podemos, antiguo hombre fuerte de Iglesias y uno de los más críticos con Errejón en Vistalegre II, señaló al tándem “Iglesias-Montero” como responsable de la “ruptura” interna y del mal resultado electoral. La corriente de la que forma parte intenta aglutinar apoyos: saben que la jugada es arriesgada, pero están convencidos de que “este es el momento” para plantear un “debate” interno.

El ataque de Monedero

Iglesias tiene la tentación de utilizar la crítica interna como excusa si Sánchez rechaza un gobierno de coalición con Podemos. El propio Juan Carlos Monedero, hombre de confianza del secretario general, apuntó a esa idea en su programa de televisión, en el que habló de “cloacas” para referirse tanto a Íñigo Errejón como al propio Espinar.

Pero los críticos tienen un as en la manga. Se trata del malestar crecido en años de ninguneo por parte de la dirección y de la voluntad de muchos dirigentes locales de tener más peso y control sobre sus federaciones. Apostar por un cambio del modelo de partido puede convertirse en el aglutinante necesario para exigir un adelanto del congreso.  

Apoyo de federaciones clave

La corriente crítica cuenta de momento con el apoyo de algunas federaciones clave. Entre otras las de Andalucía, que pide más autonomía. A la vez se encuentran las de País Vasco, Murcia, Navarra y Asturias, de acuerdo con adelantar el congreso. Además, varios exsecretarios regionales como los de Cantabria y Castilla-La Mancha se han posicionado a favor de debatir sobre el futuro de la formación.

Si todos ellos actúan de manera coordinada el próximo sábado al secretario general solo le quedará asumir que no puede rechazar el debate interno. Esto significa hablar del izquierdismo radical que, dicen los críticos, ha arrinconado a Podemos en el nicho de Izquierda Unida. Por el otro, pedir autocrítica de la dirección, y, finalmente, cuestionar el diktat de Iglesias de formar las listas primando la fidelidad.

Sobre la base de esas quejas, los críticos pueden romper la baraja. Son horas de negociaciones convulsas. La decisión más relevante se tomará poco antes del cónclave. Pero algunos miembros de Podemos señalan: “Prácticamente todos los dirigentes locales comparten la idea de que hay que hablar del presente y el futuro”.

Esta es la única vía que los críticos tienen para sortear el previsible veto de Iglesias a celebrar un congreso adelantado. En este sentido, algunos apuntan a que la decisión de Espinar ha llegado en el momento oportuno y que ha sido exitosa: “Ahora todos deben posicionarse”, reflexionan.

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