Una vez que Pedro Sánchez se instale en La Moncloa tras el triunfo de la moción de censura contra Mariano Rajoy, deberá buscar de nuevo apoyos parlamentarios para las reformas legislativas que pretende impulsar. Podemos será uno socio clave para poder llevar a cabo su programa de Gobierno hasta que decida convocar elecciones anticipadas para las que de momento no ha puesto fecha.
El líder del PSOE presentó la moción de forma acelerada tras conocer la sentencia del caso Gürtel. Y sostuvo que no iba a negociar nada ni con los independentistas catalanes o con los nacionalistas vascos, ni con el grupo parlamentario que controla Pablo Iglesias. Sólo se comprometió durante su discurso a mantener los Presupuestos Generales de 2018 aprobados por el PP hace una semana escasa.
"Si hubiéramos sido ellos, nos hubiéramos sentado antes", enfatizan fuentes de la dirección de Podemos. A partir de ahora, definen el periodo que se abre como "un encaje de bolillos muy complicado". Otros miembros de la cúpula del partido destacan que su apoyo "sin condiciones" para que prospere la moción no era en ningún caso "un cheque en blanco".
Dado que Sánchez no muestra voluntad de integrarles en el Ejecutivo socialista que nombrará esta semana, Podemos pasará a ejercer un papel de oposición con sus 67 diputados. A pesar de ello, la voluntad es colaborar para revertir parte de las reformas impulsadas durante estos años por el Partido Popular y conseguir sacar adelante medidas de carácter fundamentalmente social.
Las fuentes antes citadas subrayan la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y de las pensiones; un incremento de las prestaciones por desempleo; o una Ley de Igualdad Retributiva. También pretenden consensuar los permisos de maternidad iguales y transferibles. La pretensión del partido morado es alargar la legislatura hasta el final natural en 2020. Y para ello reclaman un programa de rescate ciudadano y una agenda social y territorial.