Los expertos en demoscopia y consultoría política no se ponen de acuerdo a la hora de valorar si la decisión de Inés Arrimadas de ayudar a Pedro Sánchez a sacar adelante la cuarta prórroga del estado de alarma comporta riesgo. La nueva líder naranja "gana protagonismo", coinciden todos, "no le quedaba otra para salir de la irrelevancia", añaden los más críticos, pero hay división sobre cuál será el comportamiento del electorado que le queda a Ciudadanos, ese antiguo votante del PP que no volvió en las elecciones del 10 de noviembre y ahora puede estar tentado a irse con Pablo Casado.
La coyuntura no ayuda a Arrimadas, explica a Vozpópuli el máximo responsable de GAD3, Narciso Michavila, porque, al contrario de lo que ocurrió a partir de 2011, cuando la crisis financiera y la corrupción golpearon sucesivamente la credibilidad de PSOE (elecciones 2011) y PP (2015), y eclosionaron Podemos, Ciudadanos y Vox, ahora son los dos grandes partidos los beneficiados por la demanda de "experiencia y seguridad" de los españoles contra el coronavirus y el hundimiento económico que se avecina.
Michavila apunta un dato: la líder de Cs está apostando no tanto a mantener esos 1,6 millones de votos del 10-N, sino a crecer sacando de la abstención ese otro millón de españoles que, habiendo votado a Rivera el 29 de abril, seis meses más tarde no le renovó la confianza pero tampoco volvió al PP: se quedó en casa. El problema de esa apuesta, añade el sociólogo, es que el perfil de esos votantes es "económico", y va a votar "en masa", sí, pero para castigar a quien considere responsable del millón y medio de nuevos parados que va a sufrir España. Y Pedro Sánchez y "quienes le apoyen" tienen muchas papeletas para verse afectados.
GAD3 y el 'hundimiento' en Madrid
Por eso, añade, Arrimadas deberá tener mucho cuidado en no convertir ésta apuesta "táctica" por Sánchez en algo estratégico -por ejemplo, con un hipotético cambio de alianzas en la Comunidad de Madrid para tumbar a la popular Isabel Ayuso-, porque eso sería mal digerido por un electorado que muestra fortísimo apoyo a la presidenta, según el último sondeo de GAD3 para ABC.
Ciudadanos afronta una crisis grave porque ahora se vota "marcas" con experiencia de gestión, PP o PSOE, más que candidatos. Solo así se explica que esa encuesta vaticine que la vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís, muy bien valorada, corra riesgo de no sacar el acta de concejal si hoy hubiera elecciones municipales en Madrid.
Frente a estas tesis, el responsable de Metroscopia, José Pablo Ferrandiz, matiza que el apoyo de Inés Arrimadas al Gobierno ha sido "muy bien recibido" por el electorado, "también de centro-derecha", porque "todavía hay mucha preocupación por el contagio" y el 80% de los españoles quieren que las principales fuerzas políticas se pongan de acuerdo; "y, sin embargo, la abstención de Pablo Casado no se ha entendido".
Metroscopia: C's "sube"
De hecho, en el tracking realizado por esta empresa tras la votación del miércoles en el Congreso, la valoración de Arrimadas "sube" porque ha conseguido transmitir la idea de que este "es otro Ciudadanos diferente al de Rivera"; y el tuit de él desmarcándose de su sucesora afianza esa idea:
“La recalcitrante defensa del estado de alarma por el Gobierno,
lo es de una situación de anormalidad institucional, de restricción generalizada de los derechos hasta extremos insoportables, sin sostén suficiente en la legalidad constitucional.”
Plan B, del catedrático @abetancor pic.twitter.com/x7UA5vQA5R— Albert Rivera (@Albert_Rivera) May 7, 2020
Ferrándiz comparte con Michavila la tendencia de crecimiento de los dos grandes partidos pero precisamente por eso concluye que "la apuesta de Ciudadanos no le comporta más riesgo de irrelevancia del que ya estaba teniendo", en un tablero político dominado, por un lado, por el Gobierno PSOE/Podemos, apoyado en el independentismo, y por una oposición copada por PP y Vox en el que Cs ya no contaba.
Para César Calderón, siendo cierto el riesgo electoral que corre frente a PP y PSOE, "Arrimadas ha conseguido algo: Ciudadanos no estaba, y ahora está en la agenda política"
Para César Calderón, siendo cierto el riesgo, "Arrimadas ha conseguido algo: Ciudadanos no estaba, y ahora está en la agenda política". En conversación con este diario, el fundador de la consultora Redlines estima que los hechos confirman que, al margen de los errores del pasado, "lo de Ciudadanos no era un problema solo de Rivera" sino de que la poca experiencia de la marca pasa factura en una coyuntura de extrema incertidumbre como la actual.
La estrategia de la polarización de Pedro Sánchez, explica, ha triunfado hasta el punto de que "ha habido un cambio cultural en la izquierda muy importante: el tradicional voto crítico se ha transformado en un voto de resistencia en el castillo asediado". Y Casado, por su parte, ha conseguido mantener el carácter de "partido de Estado" del PP, muy crítico en las formas pero, a la hora de la verdad votando a favor del estado de alarma y tres de sus prórrogas.
"Ha fulminado la 'foto de Colón'"
En este contexto, explica Calderón, los grandes damnificados son Podemos, "mucho de cuyo voto vuelve al PSOE", y Ciudadanos, que estaba en medio del sandwich PSOE/PP sin ninguna posibilidad de sacar cabeza, algo que comparte Verónica Fumanal, presidenta de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), para quien Arrimadas, pase lo que pase ya "ha fulminado la foto de Colón", que tanto sirvió a la izquierda para atacar a los naranjas.
"En Ciudadanos llevaban tiempo haciendo el análisis de que nos ha matado que la gente dejara de percibirnos como un partido bisagra y han estado esperando el momento oportuno", comenta Fumanal. "La gran paradoja de esta historia es que su movimiento parece más de lo que es porque es Casado el que se descuelga del consenso" para aprobar la cuarta prórroga del estado de alarma.
En este sentido, Gabriela Ortega, del Centro Internacional de Gobierno y Marketing político de la Universidad Camilo José Cela, cree que Arrimadas necesitaba hacer algo para devolver a Ciudadanos al "primer plano" de actualidad y no como fuerza subsidiaria de los pactos con PP y Vox.
"No convertirse en el nuevo UPyD"
"Gana liderazgo", sostiene Ortega, aunque Albert Rivera haya contestado su decisión y otros pesos pesados se hayan ido, caso de Juan Carlos Girauta y Carina Mejías, o estuvieron a punto de provocar un cisma en el grupo parlamentario, caso del diputado y empresario Marcos de Quinto. Y "es pronto" para saber si el electorado naranja lo entiende.
Por su parte, Javier Álvarez, de Estratego, tiene claro, como Michavila, que la de Inés Arrimadas es una operación de alto riesgo destinada a "no convertirse en el nuevo UPyD", la formación liderada por Rosa Díez, hoy prácticamente desaparecida.
"Está claro que es un giro estratégico muy arriesgado: apuesto por el todo o nada, pero era lo único que les quedaba por hacer. Y por otro lado, Ciudadanos ya ha hecho otros giros antes, no lo olvidemos. El problema es que, si este no les sale bien, adiós", concluye Álvarez.