La política es imagen y, desde que fue elegido secretario general del PSOE en el pasado 39 Congreso, Pedro Sánchez intenta transmitir que es posible un frente de los partidos "del cambio", incluido Ciudadanos, para desactivar las políticas desarrolladas por el PP en los últimos seis años; un frente que derogaría la reforma laboral de 2012, algo que expresamente no gusta al partido naranja.
Ciudadanos aclaró desde el minuto uno a Sánchez que no cuente con ellos para generar inestabilidad en España, pero él sigue adelante con su estrategia de contactos... y Albert Rivera con la suya. Un ejemplo: Ayer, horas después de que se reunieran en el Congreso Sánchez y Pablo Iglesias, y 24 horas antes de que él mismo se vea con el líder socialista, Rivera accedió a almorzar en secreto con Rajoy en La Moncloa.
La agenda de la reunión, filtrada posteriormente y que engloba desde la negociación del objetivo de déficit para 2018 hasta la lucha contra el terrorismo yihadista, es lo de menos. Lo importante era rebajar la expectativa creada por el PSOE. Si el secretario general socialista no tiene escaño y ansía protagonismo, "es su problema", repite Rivera desde hace días.
Hoy acudirá a su cita con Pedro Sánchez por cortesía y para explorar eventuales coincidencias legislativas, pero no participará en ninguna "mesa por el cambio" con el PSOE y Podemos. No le conviene aparecer de la mano de Iglesias y Rajoy lo sabe; por eso le citó ayer a almorzar. Desde el Gobierno se frotan las manos porque con un solo movimiento creen haber "desactivado" el frente del cambio antes de nacer.
Moncloa cree que con un solo almuerzo, Rajoy ha desactivado la expectativa de la "mesa por el cambio" que veía alentando Sánchez desde hace semanas
Según diversas fuentes del Ejecutivo consultadas por Vozpópuli, el líder del principal partido de la oposición está transmitiendo "confusión" estratégica en sus primeros pasos y Moncloa no se lo va a poner fácil.
Como informaba ayer este periódico, el Gobierno no ha contactado todavía con Sánchez y su equipo para negociar el objetivo de déficit 2018; va a esperar a que se reúna mañana el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) para que los consejeros de las autonomías socialistas se retraten y apoyen el marco presupuestario con más financiación que prepara el Ejecutivo, el cual será ratificado en Consejo de Ministros extraordinario el lunes 3 de julio.
El objetivo político es claro: enfrentar con Sánchez a los barones críticos que apoyaron a Susana Díaz en las pasadas primarias, pero el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, advirtió ayer que el PSOE no es "confederal" y que la postura del partido la adoptará la Ejecutiva, no los barones, por mucho que les beneficie el reparto de dinero. "Ya les adelanto que a nosotros no nos gustan los presupuestos que hace el PP", dijo Ábalos.