Veteranos del PP se han dirigido a los dos candidatos en pugna para que bajen el tono de la campaña, demasiado visceral, según sus comentarios. Hay temores a que el experimento de las primarias desemboque en una fractura interna de consecuencias irremediables. "El tono está resultando muy agrio, demasiado agresivo", decía este jueves un experimentado dirigente gallego.
La preocupación se extiende en distintos niveles de la formación. Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría amagaron un gesto de conciliación el pasado martes, en la cena del grupo parlamentario del PP. Compartieron mesa, se hicieron fotos muy sonrientes y quedaron en verse más adelante. Una tregua mínima. Al día siguiente reanudaron las hostilidades. Soraya insiste en la extrema juventud/inexperiencia de su rival en tanto que Casado alude a su torpe gestión en Moncloa. Se les verá juntos en Galicia con motivo de las exequias por Fernandez Albor, el histórico dirigente de los populares de aquella región. Quizás encuentren hueco para la conversación pausada. Santamaría lo encontró para verse con Dolores Cospedal, su eterna rival, en un encuentro muy sigiloso. Fue la exvicepresidenta quien lo desveló, sin más detalles.
A falta de propuestas, reproches. A falta de ideas, invectivas. No hay intercambio de propuestas ni pulsos ideológicos. "Está resultando algo ramplón, de vuelo bajo", señala un dirigente de Castilla y León, territorio que apoya a Santamaría, según los escrutadores de votos.
Seguir hasta el final
A una semana del Congreso extraordinario, la inquietud crece en estos círculos. "Nunca hemos hecho unas primarias nacionales, nunca se ha elegido presidente a través del voto, estamos estrenando un proceso y conviene ir con cuidado", apunta esta fuente. González Pons, que puja por Soraya, insistía este jueves en la necesidad de lograr una candidatura de unidad. Demasiado tarde. Casado aseguró desde el primer momento que va a seguir hasta el final. "Unas primarias son unas primarias, no pasa nada porque dos candidatos se enfrenten con pasión, es lo suyo", comentan quienes son partidarios de este ejercicio de democracia interna.
Le faltan fotos con gente de primera línea a Casado. Algún ministro. Zoido y Montserrat, ambos de Cospedal, amagan pero no dan el paso a la foto. Sí lo dará García Tejerina, ex de Agricultura, quien tiene prometido acudir al acto de Casado en Valladolid. Empiezan los juegos raros y algunos amagos de paso de atrás.
El fantasma de la fractura se pasea también entre las bases. No es una preocupación mayoritaria. "Estamos sin referentes, Mariano se fue, pero hay que elegir otro, de eso se trata, de acertar", menciona un compromisario partidario de Casado. "Lo importante es que, un minuto después de que termine el escrutinio y se proclame al vencedor, el nuevo presidente comience la labor de limpiar las heridas, para evitar males posteriores".