“A Juan Carlos [Monedero] había que colocarlo”. Así resume un dirigente de Podemos el fichaje de Juan Carlos Monedero, profesor de la Universidad Complutense y cofundador del partido morado, en la fundación Instituto 25-M. Monedero llevaba meses criticando la actuación de Podemos en el Gobierno. Vozpópuli desveló, por ejemplo, que intentó contactar a dirigentes para lanzar una estructura bicéfala que emulara al PNV. Así que la dirección de Pablo Iglesias ha decidido entregarle la fundación del partido para evitar más críticas, y con la esperanza puesta en que logre nuevas y fructuosas colaboraciones con América Latina.
“La fundación le permite a Monedero insistir con sus negocios: fundamentalmente ampliar su red de contactos en América Latina. Ahora podrá presentarse como director de la fundación de Podemos. Eso le otorga cierto glamour, que servirá para ampliar el negocio de Neurona”, resumen desde las entrañas de Podemos.
La actividad de Neurona se puede definir desde 2019 como neurálgica para Podemos. Esta consultora, que está siendo investigada en Bolivia por “corrupción” y en cuyos informes resulta vinculada a Monedero, se ha encargado de la campaña electoral de Podemos en las últimas elecciones, como desveló este diario. El Tribunal de Cuentas está investigando si las facturas aportadas por Podemos corresponden a trabajos realizados realmente por esa empresa, con la duda de esa sociedad pudiese trabajar de tapadera en el trasvase de dinero desde América Latina hasta el partido, vía microcréditos.
"Ofrecer los servicios de Neurona"
En efecto, Neurona recibió varios millones de euros del Gobierno de Evo Morales, considerado aliado de Podemos. Y más dinero de México y Brasil durante la etapa de Dilma Rousseff. En el propio partido morado varias fuentes sostienen que ese dinero pudo haber acabado en las arcas de la formación a través de los trabajos de asesoría de Neurona. Podemos pagó el año pasado más de 300.000 euros a la empresa de Monedero, y cuando el partido cesó a dos abogados éstos apuntaron a irregularidades en las primarias y a pagos sospechosos a la empresa de Monedero.
Sea como fuere, en el partido morado nadie tiene duda. “Monedero ahora ampliará su red de contactos. Le servirá para introducirse en determinados ambientes y ofrecer los servicios de Neurona. Lo que busca es dinero”, zanjan miembros de Podemos. “Pablo [Iglesias] le ha entregado un juguete que hasta hace pocos días no interesaba a nadie, pero ahora Monedero puede ser invitado a conferencias y congresos donde crear su nueva red de contactos” con los gobiernos de América Latina.
'Bendición' de Gentili
Prueba de ello es la bendición de Pablo Gentili, aseguran en Podemos. El exasesor de Iglesias llegó a España de la mano de Monedero y Neurona, y estuvo al lado del secretario general durante algo más de un año. Ahora trabaja en el Ejecutivo argentino, pero según las fuentes del partido morado sigue en la galaxia de empresas y contratos gubernamentales vinculados a la izquierda alternativa.
"Necesitamos espacios de pensamiento, análisis y formación política del campo progresista y popular. Que Monedero asuma la dirección del Instituto 25-M de Podemos es una decisión que celebramos con alegría y entusiasmo", escribió Gentili en Twitter.
Necesitamos espacios de pensamiento, análisis y formación política del campo progresista y popular. Que @MonederoJC asuma la dirección del @Instituto25M de @PODEMOS es una decisión que celebramos con alegría y entusiasmo. https://t.co/kFFo37nyPp
— Pablo Gentili (@pablogentili) July 18, 2020
Monedero es conocido como una figura ambivalente en Podemos. Además de fundador, tal vez precursor del movimiento, es el dirigente que siempre ha gozado de los mejores contactos con las cancillerías de los países de América Latina. Con la fundación CEPS, verdadero núcleo irradiador de Podemos, recibió centenares de miles de euros para informes técnicos pagados por esos gobiernos. Una polémica sobre los impagos de Hacienda le alejaron de la primera línea, aunque se mantuvo al lado de Iglesias en estos años.
Donaciones y subvenciones
Todavía fiel a Iglesias, Monedero manifestó cierta decepción tras la entrada de Podemos en el Gobierno. Anhelaba cargos y visibilidad, que no llegaron. Así planteó internamente una reforma de carácter organizativa, para avanzar hacia un modelo de partido bicéfalo como el PNV: con un presidente (Ortuzar) y un Lehendakari (Urkullu). Monedero se proponía para la parte ideológica o de contenidos.
Las negativas de Iglesias y el batacazo electoral en Galicia y País Vasco dieron a Monedero la posibilidad de insistir en su crítica. Acudió a varios programas de televisión, hasta que la dirección nacional ha decidido cortar de raíz el problema. Y le entregó la dirección de la fundación Instituto 15-M Democracia, que gestiona entre otras cosas la edición de libros (colección Argumenta), la Universidad de Verano de Podemos y la programación cultural del partido.
Siendo registrada como Fundación, el nuevo instituto liderado por Monedero podrá recaudar dinero a través de donaciones de particulares, subvenciones públicas al estar vinculada a Podemos y de su actividad comercial no lucrativa en los eventos.
De la CEPS a la fundación 25-M
En los ambientes de Podemos se ha ofrecido la idea de impulsar el Instituto 25-M como algo parecido a la FAES (la fundación cercana al PP), para aglutinar sectores que se han ido alejando de la formación. Entre los contactos que Monedero presumiblemente aprovechará se encuentra el de Sergio Pascual. El exerrejonista y ex secretario de Organización de Podemos ahora trabaja de la mano de Monedero en América Latina y vuelve en el marco de una operación que tiene todos los números de determinar para Podemos otra vuelta al mundo de América Latina.
Esa relación revela, según varias fuentes de Podemos, que la actividad de la 25-M pronto se convertirá en el nuevo puente hacia el subcontinente. Desde la CEPS hasta la fundación 25-M, Monedero vuelve a ser el embajador de Podemos en el mundo, con la mirada puesta en una legislatura que puede derrumbarse de un momento a otro. Y en la necesidad objetiva de no dejar al partido sin instrumentos (y fondos) para el combate.